Una serie de atentados con explosivos y coches bomba sacudió ayer la Cancillería, el Ministerio de Finanzas y zonas comerciales de Bagdad. Al menos 95 personas murieron y alrededor de 500 resultaron heridas en la jornada más sangrienta en Irak en un año y medio.
Al menos 59 de las víctimas fatales murieron por el estallido de un camión cargado de explosivos frente a la Cancillería y otras 28 por un coche bomba detonado por un atacante suicida cerca del Ministerio de Finanzas, dijeron fuentes policiales y fuentes hospitalarias. Las explosiones llegaron en medio de una ola de violencia que empezó poco antes de la retirada militar estadounidense, que pone en duda la capacidad de las fuerzas iraquíes de proteger el país y capitalizar las mejoras de seguridad logradas en los dos últimos años. Autoridades iraquíes acusaron a Al Qaeda en Irak y a otras organizaciones armadas sunnitas.
