Honduras, 15 de febrero.- Daniela Ferrera, de la oficina del fiscal, citada por Reuters, confirmó la cifra. "El dato preliminar que tenemos es que habrían muerto calcinadas y por asfixia", informó el vocero del Cuerpo de Bomberos de la ciudad de Comayagua, sargento Josué García, según difundió EFE. "Muchos reos quedaron atrapados en sus celdas y gritaron al ser rodeados por el humo y las llamas. Aún hay muchos cuerpos apilados en el interior de los módulos que seguramente intentaban, pero no pudieron, escapar del fuego, son cosas que se pueden apreciar", agregó.
En tanto, el ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla, sólo informó que el número de víctimas supera los 350.
La Policía Nacional difundió un listado con los nombres de 144 reos sobrevivientes. En total había 857 reclusos y cerca de 400 fueron confirmados muertos, entonces aún hay más de 300 desaparecidos. "La mayoría de ellos podría haber muerto, y otros resultaron con quemaduras, escaparon o sobrevivieron", dijo a la agencia AP Ramón Custodio, comisionado nacional de Derechos Humanos.
Una enfermera del estatal Hospital Santa Teresa dijo a periodistas que una treintena de reos con muchas quemaduras, de tercer y cuarto grado, fueron atendidos en ese centro, mientras que otros han sido remitidos al Hospital Escuela en Tegucigalpa. Por la tarde, comenzaron a regresar a la cárcel.
El fuego en el penal de Comayagua, en el centro de Honduras, comenzó en las últimas horas del martes 14 de febrero. Duró unos 40 minutos hasta que comenzó a ser controlado por los bomberos. De acuerdo con el portal de El Heraldo, el Jefe del Cuerpo, Leonel Silva, declaró que el rescate se retrasó, puesto que en la zona de siniestro se escuchaban varios disparos.
Familiares de las víctimas y activistas por los derechos humanos denunciaron que las autoridades carcelarias habrían demorado más de lo debido en facilitar la entrada de los bomberos y exigieron una investigación al respecto. Algunos incluso aseguraron que dispararon contra quienes intentaban huir de las llamas por los techos.
Las versiones que hablaban de un motín fueron desmentidas por las autoridades en las primeras horas de este miércoles 15 de febrero. Sin embargo, la gobernadora del departamento hondureño de Comayagua, Paola Castro, aseguró haber recibió una llamada telefónica de un preso informándole que fue otro quien inició expresamente el incendio. "Me dijo que otro reo había dicho: ‘voy a meter fuego a esto y nos vamos a morir todos. Y le metió fuego y nos estamos quemando, nos estamos muriendo todos’", relató Castro a la agencia AFP.
Castro realizó durante años trabajo social en esta granja prisión, razón por la cual es conocida por muchos de los internos, lo que explicaría la existencia de una comunicación telefónica directa de un presidiario a una autoridad política local. "Lo que pasó nos extraña porque era un centro penal modelo. Hay programas de rehabilitación. Los internos siembran frijoles, maíz, tienen granja avícola y porcícola", agregó la gobernadora.
En un escueto mensaje televisado, el presidente Porfirio Lobo anunció la suspensión de las autoridades del penal y del jefe del sistema carcelario para garantizar la investigación judicia. Además, la Organización de los Estados Americanos (OEA) enviará una delegación para ayudar al Gobierno.
Honduras tiene dos grandes antecedentes de incendios en sus presidios. En mayo de 2004, 107 presos murieron en una celda del Penal de San Pedro Sula, una de las ciudades más violentas del país y del mundo. En tanto, casi un año antes, en la cácel de La Ceiba, habían fallecido 68 internos, 61 de los cuales eran pandilleros.
El 5 de abril de 2003, unos 66 reclusos y tres mujeres, incluida una menor de edad, que visitaban familiares en la Granja Penal de El Porvenir, cercana a la caribeña ciudad de La Ceiba, murieron en una matanza que se produjo entre reos miembros de pandillas y otros presos comunes.
