Más de 30 personas resultaron heridas en un terremoto de 6,1 grados de magnitud que sacudió ayer la región de Tokio, indicaron las autoridades japonesas, quienes aseguraron que no había riesgo de tsunami, mientras se registraron incendios en un edificio y dos refinerías.

La sacudida, que se sintió en gran parte del este de Japón, hizo temblar algunos edificios y activó las alarmas en los teléfonos de los habitantes para darles tiempo de ponerse a salvo.

El epicentro del terremoto -ocurrido a las 22H41 locales, 10.41 de la Argentina y se situó a 80 kilómetros de profundidad en el departamento de Chiba (al este de la capital), según informó la agencia AFP.


El viernes por la mañana (hora local), la agencia para la gestión de catástrofes publicó un balance de 32 heridos, en su mayoría leves y señaló que se produjeron incendios en un edificio y dos refinerías, pero indicó que estaban controlados.

La circulación de trenes locales y de alta velocidad se suspendió de inmediato por precaución, y su funcionamiento el viernes por la mañana todavía sufría retrasos.

También hubo controles en las centrales nucleares, sin que se hayan señalado anomalías.

"Por favor, tome medidas para proteger su vida y esté pendiente de las últimas informaciones", tuiteó el primer ministro japonés Fumio Kishida, elegido el lunes por el Parlamento.

Japón se halla en el "Anillo de fuego" del Pacífico, un arco de intensa actividad sísmica que se extiende por el sudeste asiático y la cuenca del Pacífico hasta América del Sur.

Las estrictas normas de construcción japonesas permiten que los edificios resistan fuertes temblores. La semana pasada ya se sintió un terremoto de magnitud 6,1 en la costa noroeste de Japón, que no causó daños.

Japón sigue atormentado por el terremoto y tsunami de 2011 (más de 18.500 muertos), que provocaron la catástrofe nuclear de Fukushima.