A fines de febrero, Nicolás Maduro se sentó en el Palacio de Miraflores para entrevistarse por el periodista de Univisión, Jorge Ramos. Pero al cabo de poco minutos, 17 para ser exactos, el encuentro terminó en un desastre.
Al parecer el venezolano no toleró las preguntas y dio por terminada la grabación. El enojo de Maduro fue tal que el personal de seguridad retuvo a todo el equipo durante más de dos horas. Y al día siguiente todos debieron abandonar el país. La entrevista quedó confiscada en Venezuela.
Ramos denunció entonces que "Maduro le robó la entrevista" que le había hecho.
Este jueves, vía Twitter, Ramos reveló en la cuenta de Univisión Noticias que había recuperado la entrevista a través de "fuentes confidenciales". Y la nota grabada finalmente salió al aire en Univisión en la noche del jueves.
.@jorgeramosnews revela cómo obtuvo la entrevista y presenta un fragmento de la conversación donde le pregunta a Maduro acerca de los presos políticos en #Venezuela. #LaEntrevistaCensurada pic.twitter.com/VVeChFn02P
— Univision Noticias (@UniNoticias) 31 de mayo de 2019
El intercambio entre los dos comienza con una pregunta sobre los presos políticos. Maduro niega que en Venezuela haya personas perseguidas por su orientación ideológica. "En Venezuela no hay prisioneros por su pensamiento político", dice.
Ramos le entrega entonces una lista con los nombres de más de 400 detenidos. Y Maduro la rechaza y ya da señales de empezar a perder la paciencia. "No, no me deje nada que no me lo voy a llevar, ten la seguridad. Tú te llevas tu basurita, compadre. Agarra tu basurita, Jorge Ramos, agarra tu basurita, compadre", le dice.
Y el enojo crece. "Mira, vienes a provocarme, te vas a tragar tu provocación, te vas a tragar con una Coca-Cola tu provocación", le advierte.
Ramos insiste: "Esta es la realidad. Son todos los nombres de prisioneros políticos". Entonces Maduro recurre al argumento, habitual, de la violencia. "En Venezuela hay un régimen de derecho. Hemos sido víctimas de ataques violentos en varios períodos, en el año 2013, en el año 2014, en el año 2017, en el año 2018. Yo mismo fui víctima de un atentado. Y ante todos esos atentados y ante todos esos procesos de violencia ha actuado la justicia venezolana", afirma.
El periodista lo responsabiliza de esa violencia y lee los nombres de tres víctimas. Las protestas de 2017, por ejemplo, se saldaron con alrededor de 150 muertos. Las fuerzas especiales de la Policía Nacional Bolivariana, el llamado FAES, y grupos de civiles armados siguen sembrando el terror en los barrios. "Bueno, pero es tu posición política parcializada contrarrevolucionaria que tienes", le dice primero Maduro. Y después agrega: "Es muy fácil despachar justicia, Jorge Ramos, es tu justicia. Eres fiscal y eres parte".
– No, soy periodista que hace preguntas.
– No eres periodista.
"No juega juego limpio como periodista", sigue Maduro. "Contésteme lo que quiera, entonces", concluye el entrevistador.
Maduro le dedicó a un incisivo Ramos media docena de amenazas e insultos. Desde un principio quedó en claro cuál sería el tono del intercambio con un Ramos provocador y un Maduro sacado de sí.
“Usted sabe, usted no es el presidente legítimo. Entonces, ¿cómo lo llamo? Para ellos (el Parlamento) usted es un dictador”, le dice Ramos a Maduro.
El líder chavista le contestó agitando una copia de la Constitución venezolana: “Me tienes que llamar como dice la Constitución. Yo me llamo Nicolás, un solo nombre tengo: Nicolás Maduro Moros. Soy un obrero, un hombre sencillo, por voto popular he sido electo y reelecto presidente. Así que, bueno, ya te corresponde a ti cómo me quieras llamar”.
Ramos no dio tregua en sus preguntas. Y Maduro le aconsejó que sea más equilibrado.
“Tienes que ser un poco más equilibrado”, le instruye Maduro y luego le dice: “Tú tienes una posición contra la revolución bolivariana. Tú eres un opositor de derecha que vive en Estados Unidos, muy anti revolucionario. No eres solo un periodista, Jorge”.
Pasados 17 minutos, Maduro dio por terminado el encuentro. Y todo el equipo de Ramos quedó retenido entre las 19.00 y las 21.30, del pasado 25 de febrero, en Miraflores.
Luego los miembros del equipo de Univisión fueron escoltados hasta su hotel en Caracas, donde siguieron siendo vigilados por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin). Al día siguiente, abandonaron el país.