La crisis en Venezuela escaló de un modo dramático en la tarde de ayercon un doble y definitivo desafío entre el asediado régimen de Nicolás Maduro y la alianza opositora decidida a impedir la controvertida elección constituyente del próximo domingo.
Mientras se cumplía el segundo día de una huelga de 48 horas que paralizó nuevamente al país convocada por la disidencia, el régimen anunció, en un virtual estado de Sitio, la prohibición a partir de este viernes de cualquier manifestación que perjudique ese comicio denunciado como una maniobra espuria por la oposición.
La medida dispuesta por el ministro del Interior, el general Néstor Reverol, buscó salir al cruce de una gigantesca marcha opositora convocada para este viernes llamada “la toma de Caracas” con destino al palacio de Gobierno en Miraflores.
Pero la dirigencia disidente respondió de inmediato que las movilizaciones siguen y que ahora serán a nivel nacional, bajo el nombre de la “toma de Venezuela”. Y convocó a la militancia a marchar por todo el país en abierto desafío a la prohibición.
De este modo se ha establecido una clara lucha de fuerzas con destino imprevisible que puede colocar al país en las horas definitivas de la larga crisis que experimenta. En los últimos dos días hubo cinco muertos, él último un chico de 16 años baleado al caer la tarde de ayer. Se suman a al menos 107 víctimas fatales producidas en la actual rebelión contra el gobierno iniciada hace más de un centenar de días. Todo hace prever que esa cifra seguirá creciendo por el aumento de la violencia de la represión y la actividad desatada por parte de los grupos parapoliciales.
´”El régimen anunció que no se puede manifestar. Responderemos con la toma de Venezuela mañana”, advirtió, apenas minutos después de conocerse la decisión gubernamental, la Mesa de Unidad Democrática que contiene a las principales organizaciones disidentes de Venezuela. En otro mensaje la coalición señaló que “las calles de Venezuela son del pueblo, no de la dictadura” y sostuvo que la manifestación es un derecho consagrado en la Constitución.
Poco antes el diputado José Antonio Mendoza señaló que la decisión de la MUD de ampliar la protesta forma parte del llamado que hizo la oposición a desconocer al gobierno de Maduro y declararse en desobediencia civil, derechos establecidos en la Carta Magna.
La Asamblea Constituye es la última herramienta pergeñada por el chavismo para generar un suprapoder bajo su control con autoridad para disolver el Parlamento con mayoría opositora; eliminar la inmunidad de los legisladores; disponer el cierre de la Fiscalía General crítica de esa medida y arremeter contra la dirigencia disidente.