El presidente francés, Emmanuel Macron, confirmó ayer que prevé bajar en unos 5.000 millones de euros el Impuesto a las Ganancias, al tiempo que pretende vincular las jubilaciones más bajas con la inflación, en respuesta a las protestas desatadas hace cinco meses por el movimiento de los "chalecos amarillos".
Además de expresar su descontento con planes de subir impuestos sobre los combustibles, los "chalecos amarillos" reclaman desde mejoras salariales hasta la caída del mismísimo presidente Macron.
En una rueda de prensa, Macron defendió la necesidad de "trabajar más" para compensar el descenso de impuestos y la reducción del gasto público que busca su Gobierno. "En torno a 5.000 millones, pienso que estaría bien", dijo sobre la reducción que desea en el impuesto sobre la renta, aunque dejó en manos de su Gobierno precisar el monto, y añadió que esta baja de impuestos se financiará en parte con el fin de algunas exenciones fiscales que benefician a las empresas.
Respecto a las jubilaciones, la intención de Macron es que el mínimo para las pensiones contributivas quede por encima de los 1.000 euros. Asimismo, el mandatario abogó por alargar el periodo de cotización para los trabajadores, aunque no por retrasar la edad legal de jubilación.
También enumeró otros objetivos para el resto del mandato, como una reforma constitucional que permita una descentralización "diferenciada", la reducción del número de parlamentarios y la introducción de un porcentaje de proporcionalidad en la Cámara Baja, informó la agencia de noticias Efe.
Sobre el final, Macron sorprendió al mostrarse favorable a la supresión de la Escuela Nacional de Administración (ENA), que es considerada el vivero de las élites del país, una de las medidas más polémicas de las que desgranó en su comparecencia y que tenía previsto anunciar el pasado 15 de abril en un discurso cancelado por el incendio de la catedral de Notre Dame.
La elitista Escuela Nacional de Administración (ENA) es una cantera de gobernantes, donde estudiaron él y sus antecesores Jacques Chirac o François Hollande, entre otros.
Las principales medidas anunciadas ayer ya habían sido filtradas por los medios franceses tras la anulación del discurso televisado hace diez días, que finalmente no tuvo lugar. Se espera que los franceses deban trabajar por más tiempo para aumentar las contribuciones sociales.