Brasil vivió ayer una serie de sucesos que grafican la exponencial crisis política que atraviesa el país, que se inició con la jura del

expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como ministro de la Casa Civil del Gobierno encabezado por Dilma Rousseff y continuó cuando la Justicia suspendió la asunción, 40 minutos después, al entender que puede obstaculizar el proceso de corrupción por el que se lo investiga.

Tras conocerse una medida cautelar presentada contra el nombramiento de Lula, la Cámara de Diputados eligió ayer a los 65 miembros de una comisión especial que determinará si existen argumentos jurídicos para la apertura de un juicio político con miras a la destitución de Rousseff.

Si bien durante toda la jornada se difundió la anulación del nombramiento del expresidente, hacia la tarde el abogado del Poder Ejecutivo, José Eduardo Cardozo, aclaró que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) ya es ministro de la Casa Civil (ministro de la Presidencia del gabinete) pero no podrá ejercer las funciones de su cargo hasta que la Corte Suprema resuelva sobre la decisión judicial que suspendió su nombramiento.

‘Lula está con un impedimento en el ejercicio de los actos, pero está investido‘, señaló Cardozo, tras asegurar que el Gobierno apelará la decisión de Itagiba Catta Preta Neto, el magistrado de la Corte Federal 4 de Brasilia que pidió la cautelar.

El ejercicio del cargo que Lula acababa de asumir fue suspendido por Catta Preta Neto quien consideró que Rousseff incurrió en ‘improbidad administrativa‘. Según el juez, al parecer fue designado por Rousseff para dotarlo de foro y escapar de la jurisdicción del juez federal Sergio Moro, quien supervisa una investigación sobre sobornos en la petrolera estatal Petrobras que involucra a la presidenta y a Lula, su padrino político.

‘Cuando un pobre roba, va a la cárcel, pero cuando un rico roba, se convierte en ministro‘ había dicho Lula antes de ser electo presidente y antes de quedar involucrado en el caso Petrobras. Además de Itagiba Catta Preta Neto, la jueza Regina Coele Formisano se convirtió ayer en el segundo magistrado brasileño en suspender de forma cautelar el nombramiento de Lula. La jueza aceptó una demanda para anular el nombramiento por considerar procedente el argumento de que el mismo tan sólo busca proteger al exmandatario con fuero privilegiado. Télam y Efe