El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva dijo hoy que la decisión de la justicia de ese país de confirmar la condena en su contra por corrupción es una “venganza” por haber modificado la realidad económica y social de Brasil durante su presidencia.

 

“Esto es una venganza por sacar a tanta gente de la pobreza. Es una estrategia para transformar eso”, dijo Lula. “Nunca tuve la ilusión de ser absuelto, no esperaba otra cosa del tribunal de Porto Alegre”.

 

“Ellos saben que no cometí ningún crimen. Quiero que me pidan disculpas por las mentiras que dicen sobre mí. Quiero que digan cual fue el crimen que cometí”, agregó. “Le digo a la élite brasileña: vamos a volver. Vamos a probar que el pueblo no es el problema, sino la solución”.

 

Por unanimidad, los tres jueces del Tribunal Regional Federal de la 4ª región (TRF4)confirmaron hoy la condena por corrupción contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. También aumentaron la pena: de 9 años y medio a 12 años y un mes de prisión. Los camaristas Joao Gebran Neto, Leandro Paulsen y Victor Laus respaldaron fuertemente al juez Sérgio Moro y rechazaron todas las medidas presentadas por la defensa de Lula para anular la sentencia.

 

El escenario ahora se plantea extremo para Lula, debido a que el PT dice que será candidato y que lo inscribirá el 15 de agosto ante la justicia electoral. En el frente penal, deberá buscar un habeas corpus y una apelación ante la corte de casación penal (El Supremo Tribunal de Justicia) y el STF.

 

 

En el plano electoral, deberá sortear la Ley de Ficha Limpia, que impide asumir a quien es condenado en dos instancias, pero eso puede llegar incluso después de la elección: una bomba de tiempo en todo sentido.

 

Lula fue encontrado culpable de corrupción pasiva y lavado de dinero por haber recibido de la constructora OAS un departamento tríplex en el balneario paulista de Guarujá -valuado en US$ 1,2 millones- a cambio de garantizar a la empresa contratos con Petrobras durante su gobierno. Estas operaciones fueron el centro del escándalo en Brasil, como en el caso de la construcción de la refinería Abreu e Lima.

 

Esta refinería es considerada emblemática de la gestión Lula, ya que fue inaugurada por el y el entonces presidente venezolano Hugo Chávez, con el objetivo de hacer un acuerdo entre Petrobras y PDVSA que finalmente fue rechazado por los venezolanos. La Bolsa de Valores de San Pablo saltó superando la barrera record de los 80.000 puntos y el dólar cayó más de 1%, cotizado a 3,15 reales, en una señal del mercado financiero.

 

El presidente Michel Temer, en Davos para el Foro Eocnómico Mundial, mandó un mensaje político de alto voltaje: “Mis adversarios o están presos o están desmoralizados”.