El terremoto que azotó el centro de Italia hace dos semanas, obligó a más de 10 mil personas a pasar sus días en hoteles junto al mar donde los damnificados se mezclan con los turistas en ciudades como Pescara, en la costa adriática de Los Abruzzos.

Por el momento, y a falta de que los servicios de Protección Civil establezcan un censo con los nombres de los evacuados, el balance oficial de personas sin casa tras la catástrofe se cifra en unas 58 mil, de las cuales entre 10 y 20 mil se encuentran alojadas en hoteles turísticos.

Además, el tiempo de permanencia en los hoteles es aun indeterminado, pues ni las autoridades, ni los responsables de los espacios hoteleros, ni los propios damnificados saben cuándo podrán recuperar su vida normal o, al menos, comenzar una nueva tras el sismo que cobró la vida de 294 personas.

"Estamos desesperados. No tenemos nada aquí, ni dinero, ni ropa, ni nada. Yo tengo un niño de dos años y mi mujer está embarazada y no sabemos nada por parte del Estado", se quejó Sandro Puopolo, un joven de 30 años que vivía hasta el día de la tragedia en la localidad de Paganica.

"Yo quiero saber si me puedo ir o no, si voy a poder empezar una vida nueva o puedo volver a mi pueblo. Tenemos que saberlo para poder buscar un trabajo", añade Puopolo desde el hotel "Holiday" de Pescara.

Por su parte, Rosa Friscione, otra vecina de Paganica, de 73 años, que se aloja en el mismo hotel, no puede aguantar las lágrimas cuando recuerda lo sucedido.

"Yo estoy aquí con dos hijas y una nieta. Tengo hijos ayudando en los campamentos. Aquí nos han acogido con los brazos abiertos y estoy muy agradecida por cómo nos están tratando", dice Friscione, después de almorzar con el resto de los "terremotati", como conocen en Italia a los sobrevivientes.

En el vecino hotel "Regent" permanecen 80 evacuados, entre ellos, Stefania Palesse, de 40 años, vecina de L’Aquila y empleada de la empresa Telecom Italia, a quien le concedieron un mes de licencia en su trabajo con el 100% de sueldo. Con ese dinero, Palesse trajo a su padre, a su madre y a un sobrino con síndrome de Down, al que, comenta, "le cortaron el pelo gratis el otro día", en uno de los muchos gestos de solidaridad de Pescara a la que le está tan agradecida.

Según explicó Gianpiero Gianandrea, uno de los socios del hotel "Holiday", el temor ahora es la temporada estival que se acerca, en la que ellos ya tienen hechas reservas de grupos que quizá tengan que anular si, como todo apunta, la situación actual no se resuelve.

Según especulan en la zona de devastada por el terremoto del 6 de abril, y que tuvo una magnitud de 5,8 grados en la escala de Richter, la reconstrucción de la región de los Abruzzos podría demandar entre un año y tal vez, dos.