La hepatitis C, una epidemia silenciosa que afecta a casi un millón de argentinos y para la que no hay vacuna disponible, podrá curarse casi en el 100 por ciento de los casos gracias al descubrimiento de nuevas drogas que fueron presentadas por la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (AAEEH).
Causada por un virus que se disemina a través de los fluidos del cuerpo, la hepatitis C daña al hígado y puede generar cirrosis, cáncer o la necesidad de un trasplante hepático.
‘En enero de 2014 salen dos nuevas drogas en EEUU y Europa, aunque hay una docena de moléculas en distintas etapas de desarrollo”, explicó Federico Villamil, jefe de trasplante hepático de los hospitales Británico de Buenos Aires y El Cruce-Néstor Kirchner de Florencio Varela.
“En el primer semestre ya habrá tres, extremadamente potentes, disponibles en el hemisferio norte. Entre las ventajas para tener en cuenta, figura que podrá tomarse un solo comprimido por día (en los tratamientos actuales, algunos pacientes toman hasta 20 comprimidos diarios). Al principio, deberán ser usadas con interferón y ribavirina, pero sabemos que en el curso de un año podremos prescindir del interferón.
La primera de estas nuevas drogas será el sofosbuvir (cuya aprobación se espera para el 8 de diciembre), una molécula que se integra en la cadena de ARN del virus e impide su reproducción. Tendrá la indicación de ser utilizada sólo durante doce semanas. Junto con simeprevir, que también será aprobada dentro de poco, prometen una combinación extremadamente efectiva.
‘Vamos a pasar a tratamientos combinados con distintas familias de drogas orales. Esto nos permitirá adecuar tratamientos para todos los genotipos del virus de la hepatitis C. Los médicos vamos a poder adecuar el tratamiento a cada paciente y combinar un conjunto de altísima eficacia, un eleccionado” integrado por Messi, Higuaín…‘, agregó el doctor Marcelo Silva, jefe de Hepatología del Hospital Austral y también miembro de la AAEEH.
Los nuevos fármacos, que inhiben enzimas que el virus utiliza para replicarse (igual que las drogas contra el HIV), son orales (pastillas) y pueden combinarse para evitar la resistencia. Si no hay presencia detectable del microorganismo después de 12 semanas de tratamiento, se considera que el paciente está curado.
A diferencia de las hepatitis A y B, para las que existe vacuna incluida en el calendario nacional, para la hepatitis C los médicos disponían solo de una terapia triple que fue ganando en eficacia durante la última década, pero que tenían efectos adversos frecuentemente difíciles de sobrellevar. Los tratamientos actuales tienen una toxicidad importante, porque si bien aumenta la efectividad también lo hacen los efectos colaterales‘.
Entre ellos figuran síntomas de cuadro gripal, anemia, caída del cabello, pérdida de peso, hipotiroidismo, erupciones y trastornos neuropsiquiátricos (como cambios de carácter, depresión e ideación suicida). Y habrá que soportarlos entre 24 semanas y un año, que es el lapso necesario para alcanzar la ‘respuesta viral sostenida.
Pero la nueva terapia también tiene un filtro: Una gran limitación para el acceso debido a sus costos.
Curar a un solo paciente podría costar entre 50.000 y 100.000 dólares. El tratamiento actual de la hepatitis C, con la terapia triple, asciende a unos 200.000 pesos.
