La tormenta tropical Harvey provocó inundaciones históricas que dejaron al menos siete personas muertas en Texas y obligaría a otras 30.000 a abandonar sus hogares, luego de que funcionarios advirtieron el lunes que el nivel del agua aumentaría en los próximos días.
Miles de soldados de la Guardia Nacional, policías, socorristas y civiles se movilizaban en helicópteros, botes y camiones acondicionados especialmente para inundaciones para rescatar a cientos de personas que se cree que siguen atrapadas en Houston, la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos.
La tormenta se convirtió en la más poderosa que ha azotado a Texas en más de 50 años al tocar tierra el viernes cerca de Corpus Christi, a unos 354 kilómetros al sur de Houston. Su paso dejó al menos siete muertos en la zona, de acuerdo a autoridades locales.
Mientras las familias revisaban atónitas los restos de sus casas destruidas a lo largo de la costa de Texas en el Golfo de México, donde los caminos que no resultaron inundados estaban cubiertos de escombros, el gobernador del estado, Greg Abbott, advirtió a los residentes de Houston que se preparen para un largo periodo de perturbaciones. ‘Necesitamos reconocer que esta será una situación normal nueva y diferente para toda la región‘, dijo Abbot a periodistas tras recorrer la golpeada ciudad litoral de Corpus Christi.
Meteorólogos esperan que Harvey permanezca sobre la costa del Golfo de México en Texas durante los próximos días, precipitando entre 25 a 51 centímetros adicionales de lluvia, por lo que la amenaza de inundaciones se extendió al vecino estado de Luisiana.
En escenas que recordaron la devastación provocada por el huracán Katrina en Nueva Orleans en 2005, equipos de la policía y la Guardia Costera han rescatado a unas 2.000 personas hasta el momento, muchas desde los tejados de sus viviendas gracias a la ayuda de helicópteros. Las autoridades creen que cientos de personas siguen atrapadas en casas inundadas.
El centro de la tormenta estaba el lunes a 137 kilómetros al sur-suroeste de Houston y el pronóstico es que gire lentamente hacia la ciudad para el miércoles y que las peores inundaciones se produzcan entre ese día y el jueves.
En el área metropolitana, donde viven cerca de 6,8 millones de personas, las escuelas, aeropuertos y oficinas estaban cerradas. Las numerosas refinerías que se ubican en el área, el centro petroquímico y de refino de la nación, detuvieron sus operaciones.
"No me quejo, estamos vivos"
Unas 5.500 personas estaban en albergues hasta la mañana del lunes, dijeron funcionarios de la ciudad, mienras que el director de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, Brock Long, estimó que se espera que unas 30.000 personas más deban ser ubicadas en instalaciones temporales.
Regina Costilla, de 48 años, dijo que fue rescatada junto a su hijo de 16 años desde su casa por un hombre en un bote. ‘No me quejo, estamos vivos‘, dijo Costilla tras reencontrarse con su esposo y su perro. ‘Cuando vi los pronósticos de la tormenta, me dije que estaría feliz si salíamos vivos‘.
El presidente Donald Trump planea visitar Texas el martes para evaluar los daños. El lunes, el mandatario aprobó una declaración de emergencia para Luisiana. Además, informó que discutirá con el Congreso cómo financiar la costosa recuperación tras el paso de Harvey.
Cerca de la mitad de la capacidad de refino de Estados Unidos está en la región del Golfo de México. Las plantas de toda la región paralizaron su actividad, entre ellas la refinería Baytown de Exxon Mobil, la segunda mayor del país.