El Gobierno central de España designó a su vicepresidenta como la conductora de Cataluña, cuyo destituido mandatario llamó a los catalanes a "defender pacíficamente" la independencia de esa región.
El destituido presidente catalán Carles Puigdemont llamó ayer a una "oposición democrática" a la toma de control de la región por parte de España, luego de que el Parlamento catalán declaró la independencia.
Puigdemont no cedió y llamó ayer a los catalanes a "defender pacíficamente" la independencia de Cataluña, tras su destitución como presidente del gobierno autonómico, en un acto de resistencia
frente a la intervención del Ejecutivo español en la región. "En una sociedad democrática son los parlamentos los que eligen o cesan a los presidentes", dijo Puigdemont, en una declaración televisada.
Los partidarios de la independencia dicen que Cataluña, que tiene su propia lengua y cultura, es una "nación" y que como tal se les debe permitir tener su propio Estado. También dicen que Cataluña, una de las regiones autónomas más ricas de España, está transfiriendo un exceso de su recaudación fiscal a las regiones más pobres y que sus ciudadanos disfrutarían de un mayor grado de prosperidad si hubiera un Estado independiente.
En teoría, la jefatura del gobierno catalán la asumirá el mismo presidente español, Mariano Rajoy, pero las competencias de los dos principales funcionarios se delegan en la práctica en la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, publicó ayer el boletín oficial.
Según datos del gobierno catalán, un 43,03 por ciento participó en un polémico referéndum el 1 de octubre, suspendido por la Justicia y celebrado sin condiciones mínimas. El "sí" a la ruptura con España ganó por un 90 por ciento, en parte porque los partidarios del "no" boicotearon la votación.
En Madrid (capital de España), miles de personas se manifestaron ayer en el centro, en favor de la unidad española, un día después de que el Parlamento catalán declarase unilateralmente la independencia, tras lo que el gobierno central destituyó a las autoridades del Ejecutivo de la región.
Una multitud convocada por la Fundación Denaes se congregó en la céntrica Plaza Colón, sobre el Paseo de los Recoletos, con banderas españolas que ondearon con el clásico pasodoble "Y
viva España" de fondo.
Luego la concurrencia, menos numerosa que la que se reunió en el mismo lugar el pasado 7 de octubre, escuchó y vivó el himno nacional y cantó consignas contra la independencia de Cataluña.
Los manifestantes gritaron "Viva Cataluña" o "Puigdemont a prisión" y "Con golpistas no se dialoga". En algunas banderas podía leerse sobre la franja amarilla, en gruesos trazos negros, "De todos" o "Por España" y sobre el final de la concentración la gente se puso a bailar.
Fuente: Agencias
Soraya, una dama de hierro
Tras años de ascensión política sin freno, la figura de la vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, reconocida como la mujer más poderosa de España, se vio fortalecida ayer luego de que el presidente Mariano Rajoy destituyera oficialmente al jefe del Ejecutivo catalán, Carles Puigdemont, y delegase en ella la gobernación de Cataluña, una medida inédita en 40 años de democracia española.
Todo un reto para la "número dos" de España, quien fue cuestionada por su rol en la gestión de la crisis política en Cataluña, acusada de ser responsable de la represión policial durante la celebración del declarado ilegal referéndum independentista que causó indignación en la prensa internacional.
Pero para la joven vicepresidenta "gobernar significa tomar decisiones difíciles", una convicción que defiende con firmeza y le hizo ganarse el apodo de "dama de hierro" o la "Merkel" de España. Con tan sólo 46 años, "Soraya", como se la conoce popularmente en el país, inspira tanto temor como admiración entre sus pares. En el 2000 comenzó su carrera como asesora jurídica del actual jefe de gobierno.