Debilitado por la corrupción en su partido, el presidente de gobierno español, Mariano Rajoy , está a punto de perder el poder, tras conformarse en el Parlamento una mayoría que mañana votará sí a una moción de censura en su contra, promovida por la oposición socialista.
Hoy a la tarde se confirmó que una mayoría de diputados de la cámara baja (180 de un total de 350, pertenecientes a ocho fuerzas políticas) apoya la moción de censura presentada por el líder socialista Pedro Sánchez, que está llamado a suceder a Rajoy, en el poder en España desde fines de 2011.
El respaldo de los cinco escaños del Partido Nacionalista Vasco (PNV) terminó de darle a Sánchez la mayoría absoluta para tomar el poder inmediatamente si la moción se vota mañana, como está previsto.
"Dimita, señor Rajoy, y todo esto terminará. Podrá salir de la presidencia por decisión propia. ¿Va a dimitir o va a seguir aferrado al cargo? Dimita, señor Rajoy, su tiempo acabó", dijo Sánchez en el comienzo del debate.
Si bien se corrieron rumores de una posible renuncia en caso de que no le den los votos, el gobierno español dijo que Rajoy permanecerá en el cargo y asistirá mañana a la votación.
Los socialistas, principal partido de oposición, presentaron la moción el viernes pasado luego de conocerse la sentencia que condenó al PP a pagar una multa como "partícipe a título lucrativo" de una trama de corrupción y puso en duda la credibilidad de la declaración de Rajoy, que dijo ignorar las finanzas del partido pese a haber ocupado cargos directivos por tres décadas.
Una eventual partida de Rajoy desencadenaría una segunda crisis política en el sur de Europa, lo que agitó aún más a los mercados financieros, afectados ya por los intentos fallidos de formar un gobierno en Italia tres meses después de sus elecciones.
No obstante, como la mayoría de los partidos españoles está a favor de respetar las reglas fiscales de la Unión Europea, los inversores parecían ver menos riesgo de un cambio abrupto en la política que en Italia, donde las formaciones han puesto en duda su compromiso con el euro.