"Estaba tomando mate en la casa de mi hermana y como a las tres de la mañana se me dio por llamarle a mi hijo Oscar para ver qué estaba haciendo, porque lo dejé solo en la casa (en Vallenar, Chile) y cuando corté seguimos charlando con mi hermana por lo que estaba linda la noche y cuando se empezó a mover todo ¡Temblor! dije. Me asusté, pero creí que había sido acá en San Juan, por eso me acosté a dormir tranquila porque sabía que no era grave. Pero esta mañana (por ayer), me levanté cuando sonó el teléfono y un familiar me contó que en Chile hubo un terremoto. Te juro que me desesperé, allá están mis dos hijos e intenté durante todo el día comunicarme con ellos y no pude hablar, no funciona nada. Estoy desesperada, necesito saber como están y Dios quiera que estén bien". El relato estremecedor es de Rosana Saldaño (36), una sanjuanina que vive desde hace 5 años en Vallenar -III Región- donde fue con intenciones de darle una vuelta de página a su vida. Esa localidad chilena está entre La Serena y Copiapó, al norte de Santiago. Rosana llegó el lunes último a visitar a sus familiares en el Lote 13 de Pocito, dejando en su casa de Chile a su hijo Oscar Saavedra y en la casa de una tía a su otro hijo, Angel Saavedra.
El caso de esta pocitana y tal vez el de muchas personas que intentan comunicarse con Chile se encuentran con una dificultad insalvable por el momento, que son las líneas -fundamentalmente de celulares- colapsadas. La desesperación de Rosana hizo que ayer mismo saliera a cambiar pesos argentinos por chilenos y intentar comprar pasajes cuanto antes.
"No aguanto más, cuando me dijeron a la hora que fue el sismo (3:34) me di cuenta que apenas unos minutos antes yo hablé con mi hijo. Me desespera no saber y que él tampoco sepa cómo estamos acá y además me dicen que recomiendan no viajar y yo quiero estar ya con ellos, ni mañana ni pasado, ahora".
El pesar parece no calmarse con las horas, porque a medida que trasciende información que da cuenta que Chile en su extensa longitud sintió con mayor o menor intensidad el terremoto, alimenta la preocupación y la incertidumbre sobre la salud de sus hijos. En un principio tenía pensado volver a Vallenar la semana entrante, pero el terremoto trastocó todos sus planes.
