"¿Debería estar prohibido el boxeo? De ninguna manera. Es el mejor deporte del mundo. Mejora tu disciplina. Mejora tu estado físico. Ayuda a los niños más problemáticos. Me ordenó como persona", aseguró el boxeador Nick Blackwell a The Telegraph tras haber vuelto a la vida después de pasar por un coma inducido y ser el protagonista de una de las imágenes más impactantes del deporte actual.
El británico de 28 años recién se está recuperando de las consecuencias que le causó su última pelea contra Eubank Jr el 26 de marzo de 2016, en la que perdió el título de peso medio nacional. Una hemorragia cerebral lo dejó al borde de la muerte: "Tuve que aprender a caminar, hablar y comer de nuevo", le confesó a la BBC.
Se vivieron minutos de tensión aquella noche de marzo en el Wembley Arena. Su rival dominó el combate hasta el décimo round, en el que el juez Victor Loughlin se vio obligado a hacer subir al médico para que revisara a Blackwell.
Los constantes golpes al rostro habían dañado severamente su nariz y su ojo izquierdo, pero sin embargo, lo que más preocupaba a todos era la hinchazón que tenía en su frente.
"No puede continuar. No tiene visión en su ojo izquierdo", fue la resolución del profesional de la salud y el duelo se dio por terminado. Mientras que Eubank Jr festejaba su nuevo título, el británico estaba siendo trasladado en camilla y con oxígeno al Hospital de St. Mary con una hemorragia cerebral.
Ese fue el fin de su carrera como profesional. Tras pasar siete días en coma inducido, y después de recuperarse de las cirugías, anunció su retiro del boxeo en medio de un episodio polémico, ya que durante los días que pasó inconsciente su oponente había brindado una conferencia de prensa haciendo oídos sordos al pedido de la familia afectada.
"Si Eubank se encontrara en esta situación y él estuviera en coma, me gustaría ir a verlo. Todo esto de la rueda de prensa (que celebró Eubank tres días después de la pelea), mi familia les había rogado que no lo hicieran y ellos siguieron adelante. Todos saben que la brindó por una cuestión táctica", declaró Blackwell a Good Morning Britain de ITV.
Así como en el cuadrilátero, sin dar un paso atrás, su rival respondió: "Puedo entender de dónde puede provenir esa ira y aversión hacia mí. La verdad es que terminé con su carrera. Le he impedido ganarse la vida. Había creído que no había resentimientos acerca de lo que sucedió".
En aquella rueda de prensa, el padre de Eubank, Chris Sr, aseguró que en un momento de la pelea, desde su esquina le suplicó a su hijo que dejara de golpearlo en la cabeza y que se centrara más en el cuerpo después de ver la terrible hinchazón en su frente.
Blackwell enfureció con ese comentario y sentenció: "Las personas que me salvaron la vida fueron el árbitro, el médico que me puso en coma y la gente del Hospital St. Mary’s. Los eubanks no salvaron mi vida".
A pesar de aquel traumático episodio, Blackwell no quiso desprenderse de su pasión.El quería continuar ligado al mundo del boxeo como sea y en octubre del 2016 (7 meses después) recibió la licencia de entrenador.
Al mes de convertirse en coach decidió volver al ring, esta vez para disputar una sesión de entrenamiento a 12 asaltos con Hasan Karkardi, pese a la prohibición que le había impuesto el Consejo Médico de volver a subirse a un cuadrilátero.
El luchador de Trowbridge se vio otra vez en una situación límite tras caer nuevamente en un hospital de urgencia. En esta ocasión la operación fue mucho más riesgosa, ya que debieron retirarle parte de su cráneo para reducir la inflamación de su cerebro.
"Morí en la ambulancia después de la pelea de Eubank y me devolvieron la vida. La segunda vez, cortaron una sección de mi cráneo para aliviar la hinchazón en mi cerebro. Lo colocaron dentro de mi estómago para mantenerlo vivo hasta que lo regresaron", contó a The Telegraph después de pasar un mes en coma.
"Bang Bang" estaba ante su pelea más importante: "Recuerdo que me desperté en el hospital y pensé que estaba soñando. No podía caminar correctamente. Estaba acostado en una cama al inicio. Tuve que aprender a caminar, hablar y comer de nuevo".
El británico había burlado a la muerte por segunda vez. Los médicos fueron sinceros, "me dijeron que había un 75% de posibilidades de morir. Si sobrevivía, había un 85% de probabilidades de quedar paralizado de mi lado izquierdo", comentó.
Este mes se cumplirán 3 años de la tercera defensa del titulo que protagonizó contra Eubank, ese combate que cambió su vida por completo y lo obligó a volver a nacer. Hoy, con 28 años, lo entendió y se alejó sin peros del mundo pugilístico.
"Nunca volveré al boxeo, porque tuve esa lesión y ahora hay un mayor riesgo de que pueda recaer a ese estado", detalló a The Sun el ex boxeador que hoy se prepara exclusivamente para su nuevo objetivo: "Correr la media maratón de Weston-Super-Mare" el 24 de marzo