En el corazón de Santiago las imágenes de Francisco empezaron a poner color el día de la llegada del Sumo Pontífice. Ayer, el cielo amaneció cubierto. Una brisa helada hizo que todo salieran a la calle con camperas. Este cambio de temperatura (anteayer hizo bastante calor), no opacó el clima festivo que le ponen los fieles católicos a Santiago de Chile. En medio de ese fresco y en el corazón de la capital chilena, al calor lo pusieron los vendedores ambulantes quienes cubrieron con la cara del papa Francisco el clásico Paseo Ahumada. Remeras, banderas, prendedores e imanes fueron algunas de las cosas más vendidas durante la previa de la llegada de la máxima autoridad de la Iglesia Católica.
La mayoría de los vendedores dijo que los fieles que más compran son argentinos.
El Paseo Ahumada es una peatonal que une la Alameda (como popularmente se conoce a la avenida Libertador General Bernardo O”Higgins) con la Plaza de Armas (la principal de Santiago). En ese paseo se encuentran las casas comerciales más grandes e importantes de Chile y es uno de los puntos de concentración de más turistas. Ahí, en el medio de la locura de una gran ciudad vendedores ambulantes de Bolivia, Haití y Venezuela se adueñaron de las veredas y le pusieron entusiasmo a la llegada de Francisco, que fue horas después.
Como si fuera la puerta de un teatro o un recital, los gritos de los vendedores ambulantes se mezclan ofreciendo todo tipo de merchandising. No hubo remeras de músicos famosos ni de actores de primer nivel. La cara de Francisco, el amarillo y blanco de la bandera papal y las banderas chilenas hicieron que todos los que pasaran por ese lugar sintieran más ansiedad de ver al Sumo Pontífice.
“Poleras -por las remeras- del Papa Francisco”, gritó Ismael Arriero, de Bolivia, mientras que Sandra Hernández, de Venezuela, comentó que ellos lo que más venden son las mochilas que tienen frases religiosas alusivas a la visita.
De recuerdo
15
mil pesos chilenos (unos $460) costaban las remeras con la imagen del Papa. La mayoría tenía montajes de la Casa de la Moneda o la Plaza de Armas con la figura de Bergoglio.
Un souvenir
10
mil pesos chilenos (poco más de $300) cuestan las mochilas. Estos accesorios están escritos con distintas frases. Una de las más buscadas es la que dice “Mi paz les doy”.
- Calculadora en mano
La mayoría de los fieles que llegaron a Chile, en el marco de esta visita esperada por los latinoamericanos, estuvieron con las calculadoras o los teléfonos en mano. Todo, para sacar las cuentas de los precios. Incluso hubo algunos que hasta consultaron con los carabineros para que los orientaran de cómo hacer la conversión del peso chileno a sus respectivos valores de dinero.