Con un fuerte respaldo de Europa, la ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde, suma cada vez más apoyos para quedar al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI) en reemplazo de Dominique Strauss-Kahn, que renunció el jueves pasado en medio de un escándalo sexual.
El FMI inauguró ayer formalmente el proceso para suceder a Strauss-Kahn al abrir el plazo para aceptar candidaturas. Aunque ella considera “prematuro” discutir si lograría quedarse con la jefatura del FMI, Lagarde tiene varios respaldos.
Abogada de 55 años, Lagarde cuenta con el apoyo de toda Europa. La ministra de Finanzas, que trabajó 25 años en Wall Street, tiene un carisma muy especial. Su belleza y finura es su primera carta de presentación. Ejerce su cargo desde 2007 y demostró capacidad para lidiar con la crisis fiscal de su país y de Europa.
Trabó excelentes relaciones con los líderes de la Unión Europea (UE), especialmente con Angela Merkel, la gobernante alemana. El voto de esa nación, la principal economía de la región, será decisivo.
La unidad de Europa en torno a un candidato ya casi le garantiza el cargo a Lagarde. Pasa que el Viejo Continente tiene el 35,6 por ciento de poder de voto en el directorio del FMI. Todos los países europeos juntos conforman al mayor accionista.
Además, la UE quiere mantener a un europeo en el cargo, al menos hasta 2012, cuando vencía el mandato de Strauss-Kahn. Los rescates financieros de Grecia, Irlanda y Portugal en pleno proceso también es una cuestión de peso para que un comunitario maneje los hilos y la entrega de fondos del FMI.
Lagarde tiene varias razones para conquistar votos clave como de EEUU. Ante todo, es mujer. Tras el escándalo sexual de Strauss-Kahn, su designación sería todo un gesto. ‘En la reuniones financieras es tratada casi como una estrella de rock‘, afirmó Mathew Rogoff, ex economista del FMI. Lagarde trabajó 25 años en los EEUU para la consultora financiera Baker & McKenzie. Habla perfecto inglés y es muy respetada en Washington y Wall Street.
Ser francesa como su antecesor puede no jugarle tanto en contra. Entre 1978 y 2000, dos franceses (Jacques de Larosiere y Michel Camdessus) se sucedieron como directores gerentes en el FMI. La gran amenaza para su postulación son los países emergentes. Desde hace tiempo, Rusia, Brasil, China e India reclaman más participación en el organismo.
Medallista del equipo de nado sincronizado de Francia cuando joven, Lagarde fue la primera presidenta del bufete estadounidense Baker MacKenzie. Se ganó el respeto de los mercados durante la crisis financiera global y ayudó a promover la influencia negociadora de Francia en instancias claves como el Grupo de los 20.
Lagarde fue elegida la mejor ministra de Finanzas de Europa por el Financial Times en el 2009. El mayor obstáculo para Lagarde podría venir de una investigación judicial sobre su decisión de resolver a través de un arbitraje una larga disputa entre el estado y un empresario amigo del presidente francés Nicolas Sarkozy, quien luego recibió un pago de 285 millones de euros.