Nápoles, 22 de junio.- El recién elegido alcalde de la ciudad, Luigi de Magistris, habla de "actos de sabotaje" debido a "hechos inquietantes que impiden la recogida de basura y que ya se han denunciado ante las fuerzas del orden".
El desentendimiento del gobierno nacional, de la provincia y de la región (todos en manos del gobernante Popolo Della Libertà, PDL) con respecto a la ciudad (ahora bajo el dominio del partido Italia dei Valori) ha hecho que el alcalde piense en un plan alternativo. "Si el Gobierno, la región y la provincia abandonan a Nápoles, los ciudadanos y la administración actuarán en consecuencia", advirtió.
El diario Il Corriere della Sera ha llegado a publicar un video en Internet en el que se puede comprobar cómo los servicios de limpieza no recogen la basura, sino que las dejan a un lado de la calle para permitir el paso.
Mientras tanto, el Partido Democrático (PD), desde la oposición, le ha pedido al gobierno de Berlusconi que declare el estado de emergencia en Nápoles, la tercera ciudad más importante del país. "Es necesario intervenir con urgencia para evitar una catástrofe y para tutelar la salud de los ciudadanos. Gobierno, Región, Provincia y el Ayuntamiento tienen que hacer cada uno su parte y decidir según sus propias responsabilidades. El PD buscará con esfuerzo una solución para no agravar la situación".
No es la primera vez que esto sucede en Nápoles. La acumulación de inmundicia llega ahora después de que a principios del pasado mayo el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, volviera a enviar militares para ayudar con la recogida de los residuos.
Algunos asumieron que esta orden obedecía a un interés electoralista de cara a los comicios municipales de mayo, en los que terminó perdiendo el candidato propuesto por Berlusconi frente al que impulsó IDV con Luigi de Magistris.
El pasado martes estaba previsto que el Consejo de Ministros aprobara este decreto, pero finalmente no se produjo y ayer el ministro para la Simplificación Normativa, Roberto Calderoli, del federalista partido Liga Norte (LN), asumió la responsabilidad en una carta enviada al presidente de la Campania, Stefano Caldoro.
El año pasado, los vecinos de las localidades del entorno del Parque Nacional del Vesubio, situado frente a la costa de Nápoles, salieron a manifestarse a las calles para protestar contra el olor que provenía de un vertedero y para rechazar la apertura de otro nuevo en la zona.
Eso provocó que en las calles se acumularan más de 2 mil toneladas de residuos y se repitieran así las imágenes que dejó la anterior crisis en 2008, cuando el gobierno de Berlusconi finalmente accedió a suspender el proyecto del nuevo vertedero, que estaba previsto que fuera el mayor de Europa.
Problema
El pasado martes la Fiscalía de Milán registró varias oficinas de la administración pública de Nápoles. El dinero que los ciudadanos pagan para la tasa sobre los deshechos sólidos urbanos (TARSU) eran entregados a una sociedad sin contrato, según aseguran los investigadores.
De esta manera, la sociedad no ponía el dinero en las cuentas de la administración pública, ni lo entregaba a la sociedad que tenía el derecho de hacerlo. Las ganancias, que según el diario La Repubblica llegan a los 32 millones de euros, eran ingresadas en cuentas corrientes de los dueños de la sociedad y de la administración.
Por su parte, el Ayuntamiento no denunció la falta de ingresos a lo largo de cinco años, entre 2005 y 2009. La Fiscalía asegura que hay varios cargos públicos todavía no identificados en la administración napolitana que serían implicados en la trama.

