Inglaterra, 29 de abril.- La monarca acababa de bajarse de la carroza real que la llevó desde la abadía de Westminster hasta el palacio de Buckingham junto a su esposo, el duque de Edimburgo, tras recorrer las calles más emblemáticas del centro de Londres y saludar a las decenas de miles de personas que vieron en directo el cortejo.

En las imágenes se pudo ver también al flamante duque saludando a su abuela, con la que habló brevemente y a la que besó en una mejilla.

La Reina, de 85 años, concedió a su nieto y a su esposa Catherine el título de duques de Cambridge, y tras la boda ofreció una recepción oficial en el palacio de Buckingham a 650 invitados.

Tras la recepción, y poco después de que los recién casados se trasladaran hasta la cercana Clarence House, residencia oficial del príncipe Carlos, la Reina y su esposo, el duque de Edimburgo, abandonaron Londres para pasar el fin de semana fuera.

No asisten al evento nocturno que ofrece el príncipe Carlos a unos 300 invitados, en su mayoría familia y amigos, que está previsto que dure hasta la madrugada.