El Gobierno de Perú puso ayer en marcha algunas medidas para erosionar la llegada de manifestantes a la llamada "toma de Lima" que se prevé para hoy y mañana, y a la que se espera que acudan miles de manifestantes desde distintos puntos, sobre todo del sur. Mientras la presidenta Dina Boluarte pidió que las protestas sean en paz y hasta ofreció el Palacio de Gobierno para un diálogo con representantes de los manifestantes.
Después de ser detenidos en Humay, a 200 kilómetros de Lima, los grupos que vinieron desde el sur empezaron a llegar a la capital en busca de darle mayor peso al reclamo de renuncia de Boluarte, cierre del Congreso y nuevo llamado a elecciones.
‘La policía nos impide llegar a Lima; la golpista probablemente les dio orden de atacarnos por el camino’, afirmó Julián Huaman, un campesino de 30 años. Ayer, la Policía Nacional controlaba el ingreso a Lima en el peaje de Pucusana, en la ruta Panamericana Sur, ante la posible llegada de manifestantes, y que se clausuró el sentido sur-norte para obligar a todo el transporte a circular por la vía auxiliar, lo que facilita el control policial.
‘Dina Boluarte dijo que nos quiere ver en Lima, entonces nos va a ver en Lima’, sostuvo Anastasia Lipe Quispe, de 63 años.