Jerusalén, 23 de marzo.- Una israelí murió y al menos otras
treinta personas resultaron heridas hoy en un atentado en Jerusalén, el primero con bomba desde 2004 y que coincide con una escalada de violencia en los últimos días en la franja de Gaza.

La explosión se produjo en una de las entradas de Jerusalén,
entre la estación central de autobuses de la ciudad y el principal
centro de congresos, a unos doscientos metros del famoso puente
colgante de Santiago Calatrava y zona de tránsito masivo a cualquier hora del día.

‘Un bolso con una carga de entre uno y dos kilos estalló fuera de
un autobús‘, dijo a Efe el ministro israelí de Seguridad Interior,
Itzhak Aharonovich.

La explosión liberó una gran cantidad de bolas de acero que
habían sido adosadas al material explosivo, que fue abandonado en un bolso junto a una parada de autobús y una cabina telefónica.

Una mujer que estaba en estado crítico ingresó cadáver en uno de los hospitales de la ciudad, y otros dos heridos siguen en estado
grave. El resto tienen heridas leves.

La víctima mortal es una mujer de 59 años que probablemente
estuviera cerca del artefacto, porque, según explicó el director del
Maguen David Adom (equivalente a la Cruz Roja), Eli Bin, al explotar
la bomba en una zona abierta la onda se dispersó, por lo que no
causó más muertos.

Yishai Cohen, un joven ortodoxo de 21 años que estaba a unas
decenas de metros del lugar, relató a Efe cómo vio a gente correr
detrás de una persona con camisa roja justo después de la explosión,al considerar que había sido quien abandonó el bolso.

‘Yo estaba de espaldas cuando escuché la detonación. De pronto se oyó un silencio y al darme la vuelta vi a mucha gente corriendo
hacia el lugar y tratando de saltar la valla (en medio de la
carretera)‘, agregó.

El portavoz de la Policía, Miki Rosenfeld, señaló que ‘ninguno de
los heridos es sospechoso de estar detrás del ataque‘ y que quien
colocó el bolso se marchó antes de detonarlo.

En medio de las labores de rescate, los buscas, móviles y radios
de la Policía y los servicios de emergencia comenzaron a alertar de
un nuevo atentado a menos de dos kilómetros de distancia, alarma que resultó ser falsa pero que provocó una momentánea y masiva huida de ambulancias y patrullas hacia el segundo escenario.
Los organismos israelíes de seguridad no tenían advertencias de
un posible atentado como el de hoy, el primero con bomba desde 2004 y que se produce a dos días de la primera maratón de Jerusalén, un evento para el que se ha preparado un considerable dispositivo policial.

‘La maratón no será cancelada. Jerusalén tiene que volver a la
normalidad. Ésa es la clave: volver a la normalidad y ayudar a las
víctimas‘, subrayó el alcalde Nir Barkat, que por primera vez se
enfrenta a este tipo de situación desde que entró en funciones a
finales de 2008.

Hoy se limitó a pedir a la población que ‘esté más alerta de lo
que ocurre a su alrededor para evitar el próximo atentado‘.
Entre 2008 y 2009 se registraron tres ataques palestinos en la
parte judía de la ciudad, uno con armas automáticas en un seminario rabínico -que dejó ocho muertos- y otros dos con excavadoras que se saldaron con cuatro muertos.

El pasado día 11, cinco miembros de una familia israelí, entre
ellos dos niños y un bebé, fueron asesinados a puñaladas en el
asentamiento judío de Itamar, en Cisjordania.

‘Siento que estamos ante una nueva situación cada vez más
grave… lo que ocurrió en Itamar, hoy aquí, el frente del sur en
Gaza. No hay duda de que la situación se está deteriorando; yo
espero que se corrija y si no tendremos que actuar‘, señaló junto al
lugar del atentado el ministro del Interior, Eli Yishai.

Hasta el momento ninguna organización ha asumido la autoría del
ataque, pero grupos en la franja palestina de Gaza como la Yihad
Islámica y los Comités Populares de Resistencia lo ven como ‘una
respuesta natural a los crímenes del enemigo‘.

‘Es un claro y potente mensaje a Israel de que sus crímenes no
van a poder romper la resistencia‘, señaló Abu Ahmed, portavoz del
grupo islamista.

El Ejército israelí y las milicias palestinas están enfrentadas
desde hace cinco días en una nueva espiral de violencia con
continuos ataques mutuos que ayer dejaron ocho muertos palestinos:

cinco civiles -entre ellos dos menores- y tres milicianos de la
Yihad Islámica.

El máximo dirigente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), el
presidente Mahmud Abás, condenó el atentado de Jerusalén y también recordó a las víctimas en Gaza de los bombardeos israelíes.

Por su parte, el primer ministro Salam Fayad, lo consideró un
hecho ‘lamentable‘ y lo describió como un ‘ataque terrorista‘.