Seis horas después de que Evo Morales iniciara su asilo en México con la promesa de mantenerse firme en la lucha política, su adversaria, la senadora Jeanine Áñez, se proclamó ayer presidenta de Bolivia en una sesión legislativa sin quórum, en la que prometió tomar las medidas necesarias para "pacificar el país".
Áñez, de la Unidad Demócrata, mencionó varios artículos de la Constitución y de los reglamentos parlamentarios que, a su parecer, forman el andamiaje jurídico que la habilita para asumir la jefatura del Estado.
Tendría que llamar a elecciones en un plazo de 90 días.
Durante toda la jornada, los medios locales de prensa habían advertido que no podía haber sesión legislativa porque el partido de Morales -que controla dos tercios de las dos cámaras- no aceptó dar quórum.
"Se ha consumado el golpe más artero y nefasto de la historia. Una senadora de derecha golpista se autoproclama presidenta del Senado y luego presidenta interina de Bolivia sin quórum legislativo, rodeada de un grupo de cómplices y apañada por FFAA y Policía que reprimen al pueblo", escribió en Twitter Evo Morales apenas terminó el acto de proclamación.
Áñez era hasta ayer la vicepresidenta segunda del Senado, pero quedó primera en la línea de sucesión después de las renuncias de Morales, del vicepresidente Álvaro García Linera, y de las demás autoridades de las cámaras legislativas.
En la primera de sus dos apariciones públicas en pocos minutos, la legisladora dijo que asumía la presidencia del Senado con el aval de un artículo reglamentario y luego, en otro recinto, anunció que pasaba a ocupar la jefatura del Estado por la "vacancia" que crearon las renuncias y el abandono del país de Morales y García Linera.
"Asumo de inmediato la presidencia del Estado y prometo tomar medidas para pacificar el país", dijo Áñez, de quien se espera que conduzca un proceso de transición hacia nuevas elecciones.
Sostuvo que Morales y García Linera "abandonaron el territorio" boliviano lo cual fuerza a "activar la sucesión presidencial para resguardar la vida, integridad física de los bolivianos y garantizar el orden público".
Estas presentaciones, que llevaron a los medios a buscar información entre juristas y constitucionalistas para determinar si se había cumplido o no con la ley, se sucedieron después de que la Central Obrera Boliviana (COB) diera a la clase política un plazo de 24 horas para que resolviera la acefalía, bajo amenaza de declarar una huelga por tiempo indefinido y una movilización a La Paz.
"La COB se dirige a los líderes políticos y cívicos que han ocasionado todo este caos y división y dolor en el pueblo; les damos 24 horas para restablecer el orden constitucional, la paz social y la unidad del pueblo boliviano y evitar más derramamiento de sangre, llanto, luto y violencia", dijo el líder de la central obrera, Juan Carlos Huarachi.
Cultora del fitness y la gimnasia, Áñez, de 52 años, suele salir a correr por las mañanas y dedicar, cuando puede, algunas horas al zumba. Casi como parte de una misma conducta, suele cuidarse en las comidas, "aunque se da gustos, claro", según contó a Télam su hijo José.
La segunda mujer en la Presidencia
La flamante presidenta de Bolivia, Jeanine Áñez, se convirtió en la segunda mujer en asumir la jefatura del Estado, en una jugada que buscó zanjar la encrucijada constitucional derivada del virtual golpe de Estado que dejó a Evo Morales fuera del poder. La llegada de una mujer a la Presidencia tiene un único antecededente en Bolivia: en noviembre de 1979, a los 58 años, la cochabambina Lidia Gueiler asumió el mando, en el que estuvo apenas 244 días, porque en julio de 1980 fue derrocada por el general Luis García Meza. Áñez es ahora la 66ta presidenta de Bolivia y tendrá a su cargo la transición hasta el llamado a nuevas elecciones.