Japón recuerda hoy a las miles víctimas del terremoto y tsunami del 11 de marzo al cumplirse seis meses de la tragedia que causó una grave crisis nuclear y dejó una titánica tarea de reconstrucción que el primer ministro, Yoshihiko Noda, se comprometió a impulsar. En este marco, se informó ayer que la reconstrucción por más de 180.000 millones de euros, más de 270.000 viviendas por levantar y 23.000 toneladas de escombros por retirar: son algunas de las cifras que, seis meses después, dan idea del desafío que todavía afronta Japón. Al lado del material se suma el impacto humano de la catástrofe, con 15.763 muertos y 4.282 desaparecidos, según los números que la Policía actualiza todavía a diario a medida que se recuperan algunos cadáveres.
El gran sismo de marzo, del que Japón ha sufrido 660 réplicas de más de 5 grados, dejó por delante una reconstrucción que avanza despacio, con un Gobierno central que cambió hace apenas diez días y que se ha comprometido a impulsar a los trabajos para dejar atrás uno de los capítulos más negros del país asiático.
El Ejecutivo calcula que en los próximos cinco años se gastarán unos 180.000 millones de euros en labores de rehabilitación, para lo que ya ha aprobado dos presupuestos extraordinarios y se prepara para pasar un tercero.
Las cifras actualizadas revelan que el desastre destruyó 115.115 viviendas y causó daños parciales en 161.313; en este balance, difundido por la Policía, no se contabilizan sin embargo las que quedaron totalmente barridas por el devastador tsunami.
Según la misma fuente, en el noreste de Japón quedan todavía 3.559 tramos de carreteras por reparar, al tiempo que los escombros suman ya 23.049 toneladas, según los cálculos de las autoridades de Miyagi, Iwate y Fukushima (las tres provincias más afectadas).
A las decenas de miles de familias desplazadas por el tsunami, cuyo número exacto no se ha dado a conocer, se suman los evacuados por la crisis nuclear de Fukushima.
Oficialmente, 80.000 familias en un radio de 20 kilómetros en torno a la central de Fukushima Daiichi han tenido que ser reubicadas; sin embargo, a ellas se suman varios miles más que han dejado sus casas voluntariamente en la misma zona.
En la maltrecha central trabajan este mes de septiembre un total de 3.364 personas, según TEPCO, una cifra que incluye operarios, técnicos subcontratados, bomberos y personal médico y logístico, y que contrasta con los solo 73 que quedaron en la planta tres días después del desastre.
De los operarios empleados en la central, al menos ocho han recibido una exposición superior al máximo de 250 milisievert establecido por el Gobierno nipón para esta emergencia.
Se desconoce aún a cuánto ascenderán los daños en la agricultura, ganadería y pesca de la zona de Fukushima, pero por el momento TEPCO ha pagado indemnizaciones provisionales a desplazados y perjudicados por la crisis por valor de casi 1.060 millones de euros, y se espera que el doble de esta cantidad sea necesario para limpiar las zonas afectadas por la radiactividad.
