Unos 47 millones de italianos vivían ayer la jornada de reflexión para las elecciones generales de hoy y mañana, en las que elegirán al nuevo gobernante de la nación europea, con la centroizquierda como favorita aunque el avance de sus rivales podría provocar la ingobernabilidad.

Otros 3,5 millones de italianos que residen en el extranjero ya han podido ejercer su voto por correo en estos comicios, en los que debe conformarse el nuevo Parlamento para después definir quien será el futuro gobernante italiano.

Varios italianos acuden con escepticismo a estos comicios que pueden terminar sin un claro ganador, lo que preocupa a los mercados europeos.

Es que si bien la centroizquierda de Pier Luigi Bersani aparece como favorita frente al políticamente resucitado Silvio Berlusconi, que remontó en la recta final de la campaña, los indecisos pueden jugar un papel fundamental en los resultados y la obtención de una mayoría parece estar cada vez más lejana.

Las últimas encuestas conocidas (la ley italiana prohíbe publicar sondeos durante los 15 días previos) otorgan una victoria a Bersani con un 34,7%, seguida por la centroderecha de Berlusconi con el 29%. En el duelo entre ambos se coló el premier italiano Mario Monti, ex comisario europeo elegido para guiar al país tras la dimisión de Berlusconi en noviembre de 2011, en medio de una crisis económica de la que no escapó la tercera economía europea.

Si la coalición de izquierda obtiene mayoría en el Congreso y en el Senado, Bersani se encargará de formar gobierno y lo presidirá. Pero si no obtiene una ventaja suficiente en el Senado se verá obligado a pactar con la coalición de centro, renunciar a la presidencia del Consejo de Ministros y cedérsela a Monti.

Así Bersani evitaría un potencial problema de ingobernabilidad que sería devastador para un país aún inmerso en la crisis y a merced de los mercados. Por eso, el Senado es el terreno donde se disputarán realmente los comicios italianos, en los que el tecnócrata Monti podría convertirse en el verdadero protagonista.

Si no consigue mayoría absoluta en el Senado, la centroizquierda necesitará establecer alianzas. Por eso entra en juego el excomisario europeo Monti, que apoyado por una coalición de movimientos cívicos y partidos centristas podría ayudar con el 16% que le otorgan las encuestas a eliminar el empate en el Senado.

Para algunos observadores, si la coalición de Bersani no consigue la mayoría en el Senado, se crearía un caso de ingobernabilidad de complicadas y peligrosas soluciones, una de ellas la de volver a votar. En ese contexto, no hay que desestimar a uno de los grandes protagonistas en estas elecciones: Beppe Grillo y su Movimiento 5 Estrellas, que representa el descontento popular con la vieja política, a quien sondeos puntuales le dan ya como la segunda fuerza política.

Para estos comicios, el líder de la coalición de centroizquierda italiana, Pier Luigi Bersani, se perfila como el candidato a primer ministro dispuesto a devolver a Italia las políticas sociales truncadas por las medidas de austeridad impuestas por el Gobierno de Mario Monti sin abandonar la senda de recuperación económica y de crecimiento.

Mientras que Berlusconi, cabeza visible de la coalición que lidera su partido Pueblo de la Libertad, promete atacar la austeridad de la que culpa a ‘la hegemonía alemana‘. En caso de ganar la coalición de derecha, Berlusconi no será primer ministro sino titular de Economía, como ya anticipó.

Fuentes: Efe y Télam