Israel anunció que pondrá en marcha espacios de vacunación contra el coronavirus en los centros educativos para reforzar la inmunidad de los más jóvenes durante las horas de clase en este país donde los mayores de 12 años pueden vacunarse.
Los alumnos "se vacunarán en los locales de las escuelas durante las horas de clase, a condición que lo autoricen sus padres", indicó el Gobierno israelí, que mantiene el inicio del curso el 1 de septiembre pese al aumento de los contagios, informó la agencia de noticias AFP.
Los alumnos menores de 12 años, por su parte, deberán contar con una autorización de sus progenitores para someterse a una prueba serológica para detectar anticuerpos.
En las localidades con una incidencia alta de contagios, los liceos deberán asegurarse que el 70% de los alumnos de cada clase están vacunados. En caso contrario, los cursos se realizarán a distancia, según un comunicado del Gobierno.
Israel registra desde hace semanas un aumento de los contagios por la propagación de la contagiosa variante Delta.
Alrededor del 30% de los adolescentes de 12 a 15 años recibieron dos dosis de la vacuna, un porcentaje más bajo que en el resto de grupos de edad, según las autoridades.
El país registró en total más de 990.000 personas contagiadas desde el inicio de la pandemia y más de 6.800 muertos a causa de la enfermedad.
Un 58% de la población, más de 5,4 millones, recibió dos dosis de la vacuna anti Covid, mientras que a unos 1,2 millones de personas se les administró una tercera, autorizada para mayores de 40.
La abundancia de vacunas, su rápida administración y una efusiva vuelta a la normalidad generaron en Israel una ilusión pospandémica que se evaporó en pocos meses, debido en gran medida al estancamiento en las cifras de inoculados, ya que más de un millón de adultos se niegan a vacunarse.
Israel fue de los países pioneros en iniciar la inoculación, el pasado diciembre y con la vacuna Pfizer, con una campaña que en poco tiempo posicionó al país como líder mundial. Con ello volvió la ansiada normalidad bajo la forma de conciertos, eventos masivos y caras destapadas, pero la fiesta terminó antes de lo pensado.
Un incesante aumento en los casos desde hace dos meses ha sumergido al país en una cuarta ola de la covid-19 -la primera posvacunación-, con cifras de contagios diarios que rondan los 8.000 y se acercan a los máximos registrados en enero, y con una tasa de positivos en torno al 6 %, tras haberla reducido a prácticamente cero en junio.
Según los expertos, esta cuarta ola se ha consolidado por la conjunción de una serie de factores: la propagación de la agresiva variante delta, una errónea sensación por parte de la población de que la pandemia había terminado, el declive de la inmunidad entre los vacunados con el paso del tiempo y la gran cantidad de personas que no quieren recibir la vacuna.
Mientras 1,1 millones de personas se niegan a recibir la vacuna -el 12 % de la población- el país ha centrado sus esfuerzos en acelerar una también pionera campaña de la tercera dosis, que ya han recibido más de 1,4 millones de personas mayores de 40 años desde que comenzaran a aplicarla en julio.
Fuente: Télam