La presión internacional que siguió al asalto a la "Flotilla de la Libertad" volvió ayer a dar sus frutos con el anuncio de Israel de que suavizará el bloqueo a la franja de Gaza, donde permitirá la entrada de bienes de uso civil. La medida, que traerá alivio a miles de palestinos carenciados, se suma a la que permitió la semana pasada extender la lista de alimentos que podrían ingresar a la franja.
Las llamadas unívocas reiteradas por miembros de la comunidad de naciones en las últimas semanas y, sobre todo, las de la Unión Europea y de EEUU -principal aliado de Israel en la esfera internacional- han forzado al Gobierno del conservador Benjamín Netanyahu a aceptar ayer una "liberalización" del cerco que ahoga desde hace cuatro años a la franja palestina.
El Gabinete de Seguridad, formado por el núcleo duro del Gobierno, anunció que "flexibilizará el sistema por el que los bienes civiles entran en Gaza y ampliará el flujo de materiales para proyectos civiles que estén bajo supervisión internacional, al tiempo que continuará con los procedimientos de seguridad existentes para impedir la entrada de armas y material de guerra".
Por el momento, nadie ha explicado en qué va a consistir exactamente la "liberalización" y qué productos no se permitirá introducir.
Israel se ha limitado a indicar que "no hay una lista cerrada de productos, sino que depende de otros factores, como quién sea el importador o cuáles sean las medidas de seguridad con las que se importan".
"Ahora se permitirá la entrada de más cosas y a más organismos, pero eso no significa que vayamos a permitir la entrada libre de todo", manifestó Andy David, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Lo cierto es que Israel aumentará la coordinación con las agencias internacionales para hacer llegar los bienes a las personas que los necesitan.
La semana pasada Israel ya empezó a aflojar el cerco a Gaza y el organismo militar que gestiona los asuntos civiles en los territorios ocupados anunció que permitiría la entrada de refrescos, zumos, frutas en conserva, galletas, aperitivos y papas fritas que antes estaban prohibidos.
De los 1,5 millones de palestinos que viven en el franja de Gaza, 1 millón depende de la ayuda internacional para sobrevivir.

