El papa Francisco acudió ayer a uno de los confesionarios de la Basílica de San Pedro del Vaticano para confesarse, de rodillas, junto a los demás fieles, durante el Rito de la Reconciliación que ofició en el templo, previo al cuarto domingo de Cuaresma. Un gesto inédito en tiempos recientes.

Tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI solían bajar a confesar a la basílica un día de la Semana Santa, pero no se recuerda en los últimos papados ver a un Papa que se confiesa delante de los demás fieles.

El Papa argentino descendió del altar de la Basílica, bajo el baldaquino barroco, y, tras quitarse la capa pluvial morada, símbolo de preparación cuaresmal, acudió a uno de los confesionarios de la nave central, ante el que se arrodilló.

De este modo pudo verse públicamente cómo el pontífice, vestido únicamente con el alba y con la casulla blanca, además de con el solideo, se confesaba ante un sacerdote durante cerca de dos minutos y medio. Después tardó otro minuto en cumplir la penitencia.

El gesto del pontífice, que fue capturado por fotógrafos y camarógrafos que estaban en el lugar, se produjo antes de que él y otros sacerdotes procedieran a escuchar la confesión de muchos de los fieles congregados.

Con esta ceremonia se inauguró ayer la jornada ‘24 horas para el Señor‘, en la que múltiples diócesis de todo el mundo confesarán en simultaneidad hasta la jornada de hoy.

El sumo pontífice fue el encargado de presidir esta ceremonia en la que reiteró su llamamiento a la conversión, ‘a cambiar de vida‘. Ese proceso no es cuestión de un momento o de un periodo del año, dijo el papa Francisco, sino que se trata de un compromiso que ‘dura toda la vida‘. ‘¿Quién de nosotros puede presumir de no ser un pecador? Ninguno‘, afirmó el pontífice.

Para ayudar a los penitentes, la Prefectura de la Casa Pontificia repartió un libro que contiene un esquema con preguntas sobre todos los ámbitos de la vida cotidiana que las personas deben realizar antes de acudir al confesionario. La confesión es uno de los pilares de la espiritualidad de San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas, la orden religiosa a la que pertenece Jorge Bergoglio.