Miles de combatientes iraquíes y kurdos, apoyados por la aviación de EEUU, iniciaron ayer una esperada ofensiva para recuperar Mosul, la ciudad más grande bajo control del Estado Islámico (EI), con fuertes bombardeos y combates y en la mayor operativo militar desde la invasión norteamericana de 2003. En el primer día de ofensiva, las fuerzas iraquíes retomaron nueve pueblos al noreste de la norteña Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak y el lugar desde donde el líder del EI, Abu Bakr al Baghdadi, proclamó su califato, como denomina a los territorios contiguos bajo su dominio a ambos lados de la frontera sirio-iraquí. En la operación para recuperar este bastión yihadista se juega la integridad territorial y el futuro de Irak, así como su capacidad para mantenerse unidos por sobre las diferencias sectarias entre la mayoría chiita, que controla el gobierno, y la minoría sunnita, que desangran el país hace más de una década.