Los incendios que arrasan Columbia Británica continuaban este martes ardiendo sin tregua en esta provincia del oeste de Canadá, donde 46.000 personas debieron abandonar sus casas.
Un total de 155 incendios están activos, de los cuales 15 "representan una amenaza real para las comunidades", dijo Kevin Skrepnek, portavoz la agencia que lucha contra los fuegos forestales CIFFC. Desde abril, más de 327.000 hectáreas de terrenos y bosques han sido quemadas, aunque la mayoría en julio.
Mil vecinos de la localidad de Cache Creek, menos de 100 kilómetros al oeste de la ciudad de Kamloops, comenzaron a volver a sus viviendas tras huir hace 11 días por el avance de las llamas.
"Los habitantes deben recordar que Cache Creek sigue en alerta de evacuación" porque el incendio de Ashcroft, el más importante de la provincia, sigue activo y descontrolado al sur, advirtieron las autoridades regionales.
La Cruz Roja comenzará a dar a partir del miércoles 600 dólares canadienses (unos $475 dólares) a los ciudadanos que lograron regresar a sus casas, informó una fuente oficial.
En Kamloops, donde viven 100.000 personas, voluntarios y equipos de emergencia se preparaban para recibir a miles de damnificados.
Los incendios al este de las Montañas Rocosas obligaron por otro lado a cerrar parcialmente algunos parques nacionales, como el Banff de Alberta, que cada año recibe a unos cuatro millones de turistas.
Al igual que el estado estadounidense de California, Columbia Británica es víctima muy a menudo de incendios. El tamaño de los de este año es similar a los de 2003, que obligaron a evacuar a 50.000 personas.