La Iglesia española aseguró que la declaración de independencia hecha en Cataluña el 27 de octubre pasado fue “un hecho grave y perturbador” y pidió a los clérigos, especialmente los catalanes, renunciar a la militancia política.
Un portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE) transmitió a la prensa el mensaje de su presidente, el cardenal Ricardo Blázquez Pérez, en la asamblea plenaria de los cardenales y obispos celebrada la semana anterior.
“El cardenal presidente señaló que la declaración de ruptura es un hecho grave y perturbador de nuestra convivencia que va más allá de las discrepancias entre las formaciones políticas”, explicó su portavoz, José María Gil Tamayo.
“Apoyamos el restablecimiento del orden constitucional porque es el bien común”, añadió el portavoz justo un mes después de la toma de control de Cataluña por parte del gobierno español del conservador Mariano Rajoy.
La “República catalana”, proclamada por el Parlamento regional el 27 de octubre con el apoyo de 70 de los 135 diputados, no pudo desplegarse y a las pocas horas el poder central tomaba la administración regional y destituía al gobierno catalán independentista, cuyo presidente Carles Puigdemont se marchó a Bruselas.
El portavoz eclesiástico argumentó que los obispos y los curas deben favorecer “la convivencia pacífica de los ciudadanos renunciando (…) a acciones políticas concretas que disminuyan su misión de ser pastor de todos”.
La Iglesia llamó también al “esfuerzo de todos por la cohesión social en la vida pública, en la vida familiar y en la vida eclesial”, especialmente de cara a las elecciones regionales convocadas en Cataluña para el 21 de diciembre, e insistió en la necesidad de una ‘reconciliación’. Según la prensa española, el gobierno de Rajoy se quejó ante el Vaticano de ese hecho.