El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, estará hoy en La Habana para izar, tras 54 años, la bandera estadounidense en la embajada en Cuba y dar por formalizada la reanudación de las relaciones diplomáticas con el gobierno cubano.
Con su llegada a Cuba, Kerry seguirá haciendo historia al convertirse en el primer canciller estadounidense en 70 años en llegar a la isla y oficiar de anfitrión del evento que tendrá lugar en el gran edificio ubicado frente al malecón habanero.
Está confirmado que Kerry se reunirá con miembros de la disidencia cubana en su visita de este viernes. Si bien, oficialmente no se ha anunciado qué disidentes van a
estar presentes en el acto, se pudo saber que algunos de ellos serán la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler; Elizardo Sánchez, de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN); Miriam Leiva, Antonio González-Rodiles o Manuel Cuesta Morúa.
Kerry no tiene previsto reunirse con el presidente cubano, Raúl Castro, ni con el expresidente Fidel Castro durante su visita a La Habana, que durará menos de un día.
El izamiento de las banderas tanto en la embajada cubana en Washington que flamea desde el 20 de julio, como en la representación norteamericana en La Habana son actos simbólicos, ya que ambos países comenzaron a mover piezas para armar el nuevo rompecabezas.
Por un lado, el Departamento de Estado decidió retirar a Cuba de la lista de Estado Patrocinador del Terrorismo y se encuentra trabajando en temas de la agenda conjunta como la apertura de las políticas de viajes entre los dos países y las remesas, pero a su vez en la mesa de negociación mantiene firme su posición crítica en temas como los derechos humanos y la libertad de expresión en la isla.
No obstante, el cambio real en las relaciones congeladas desde 1961 cuando el entonces presidente estadounidense Dwight Einsenhowe cortó el vínculo diplomático, se estima llegará cuando sea levantado el embargo comercial vigente desde 1962 y la base naval de Guantánamo vuelva a estar bajo el mando cubano, tal lo reclama el gobierno de Raúl Castro. Es que fue él quien alentó esperanzas y abrió expectativas en el cubano medio, o en el habanero medio, para ser más exactos, que expresa sus críticas con una apertura que no era frecuente años atrás.
Al respecto, el presidente emérito del think tank (grupo de pensamiento), Inter American Dialogue, Peter Hakim, sostuvo que para que esas dos medidas puedan ejecutarse sin prolongarse demasiado en el tiempo, Cuba tiene un rol que jugar.
“Si Cuba empieza a hacer cambios, si empieza a abrir su economía, sería más fácil de remover el embargo. Y si abre sus políticas, sería más fácil de regresar Guantánamo”, señaló el especialista.
Para Hakim, el presidente Barack Obama “ha hecho casi todo lo que puede hacer sin la aprobación del Congreso”, por lo que ahora, para llevar adelante esas dos medidas que reclama La Habana, va a necesitar el apoyo del Capitolio integrado hoy por mayoría opositora en las dos Cámaras.

