Buenos Aires, 12 de julio.- Como de costumbre cada vez que ocurren grandes ocasiones, Google sustituye su tradicional logo por otro que rememore la fecha a considerar. Esta vez, un dibujo de la Catedral de San Basilio, sustituye a la letra L del logo. Las cuatro torres abulbadas rodean a una gran torre central que sustituye al mástil de la L, mientras que una base alargada que ilustra a las escaleras de acceso al templo hace las veces de base del caracter.

Todo el logotipo está descansando sobre una base coloreada en la que parte de las letras han sido sustiuidas por motivos que recuerdan a la cultura rusa. Por su parte, la catedral está rodeada por una parte coloreada como el cielo, mientras que el resto del logotipo se cubre con alguna nube ocasional.

Sin duda, 2011 está siendo el año del doodle, un recurso que Google ha ido perfeccionando a lo largo del tiempo y en el que las innovaciones son constantes. Así, aunque hay doodles como el de esta ocasión, de carácter estático y, si se quiere, decorativo, los ha habido también interactivos, en los que el usuario ha podido tocar la guitarra, jugar o modificar el aspecto del doodle a su antojo.

Otros doodles que se recuerdan son los destinados a recordar a la bailarina Marta Graham, diseñado por Ryan J. Woodward, en el que unas bailarinas "entraban en escena" bailando e iban componiendo el logotipo de Google; el doodle infantil de felicitación para el dibujante Roger Hargreaves; el corto de homenaje a Charles Chaplin que sustituyó al logo un día completo; la conmemoración de la llegada del hombre al espacio; el homenaje al químico Robert Bunsen; o los aniversarios de Thomas Edison o Julio Verne, además del aniversario de la propia Google.

Google también ha celebrado con doodles acontecimientos más comunes. Por ejemplo, han sido dignos de recordarse con un doodle el día de la Madre, el día internacional de la mujer, San Valentín o la Navidad.

La Catedral de la Intercesión de la Virgen en el Montículo, que es su verdadero nombre, fue encargada por el zar ruso Iván el Terrible al arquitecto Póstnik Yákovlev. La construcción del templo, que iba a ser un conjunto de capillas que albergasen las tumbas de santos y que conmemoraría las victorias del zar (concretamente, la de Janato de Kazán), se inició en 1556 y duró un lustro. El 12 de julio de 1561, el emblemático edificio estaba terminado. Más tarde, en 1588, se le añadiría, por orden del zar Fiodor Ivanovich , la capilla con la tumba de San Basilio, un polémico santo de la religión ortodoxa famoso por locuras como pasear desnudo por la ciudad de Moscú. Con el tiempo, debido a la presencia de esta capilla, la catedral pasaría a conocerse como Catedral de San Basilio, uno de los templos ortodoxos más famosos del mundo.

El edificio se ha convertido en un icono de la ciudad de Moscú y de la propia Rusia. Sus cinco atalayas de forma encebollada presiden la gran Plaza Roja de Moscú junto a la torre Spasskaya del Kremlin, que muchos creen que forma parte de la estructura de la propia catedral, aunque no es así. Ambos edificios han sido testigos de innumerables desfiles conmemorativos de la victoria rusa ante los nazis, o de las campanadas de fin de año en un tiempo de Navidad en el que en la Plaza Roja se planta un enorme árbol.

Cuenta la leyenda que el zar Iván el Terrible mandó dejar ciego al arquitecto Yákovlev tras ver terminada su obra con el único fin de que no pudise idear nada que hiciese sombra a la recién levantada Catedral.