Los dos principales candidatos de EEUU, Hillary Clinton, y Donald Trump, estuvieron cara a cara anoche en el primero de los tres debates presidenciales rumbo a las elecciones del 8 noviembre que tiene a la candidata del Partido Demócrata con apenas dos puntos de ventaja en las encuestas sobre el magnate inmobiliario.

Hillary fue quien disparó anoche el primer dardo en el segmento sobre empleo -un tema de alto impacto en EEUU-, afirmó que ‘Donald fue muy afortunado en su vida al recibir 14 millones de dólares de su padre para empezar su negocio‘, poniendo incómodo al representante del Partido Republicano que trató de esquivar el tema. Pero Hillary cavó más profundo. Aseguró haber conocido a numerosos exempleados de Donald Trump a los que el magnate no pagó por sus servicios. Clinton recordó que Trump se declaró en bancarrota hasta en seis ocasiones, dejando a cientos de sus empleados sin recibir lo que les corresponde.

Trump le endilgó a Clinton de ser la responsable, ‘durante estos 30 años‘, de acuerdos comerciales ‘defectuosos‘ que, en su opinión, le costaron millones de puestos de trabajo a EEUU.

Hillary arrancó su intervención abogando por crear ‘una economía para todos‘ y destacó que para ello piensa hacer ‘que los más ricos paguen su parte justa‘. La exsecretaria de Estado insistió en que trabajará para lograr el pago igualitario entre hombres y mujeres, la baja de paternidad pagada y el acceso universitario libre de deudas.

‘Quiero que me permitan invertir en su futuro. Eso significa trabajos en infraestructura, en manufactura avanzada, energía limpia y renovable, y la pequeña empresa, porque la mayoría de los nuevos puestos de trabajo vendrán de la pequeña empresa‘, aseveró. También prometió subir el salario mínimo. En su exposición acusó a Trump de promover una versión renovada de la teoría económica del derrame centrada en

bajar impuestos a los más ricos para que ganen más plata hasta que esta riqueza se derrame sobre los menos afortunados.

Por su parte, Trump mencionó a México en su primera frase del debate con el fin de orientar la discusión hacia la fuga de empresas de EEUU buscando abaratar costes instalándose en otros países. China fue el segundo país que mencionó y al que también culpó de la pérdida de empleos en estados del cinturón industrial de EEUU, como Ohio y Michigan. ‘Tenemos que impedir que las empresas dejen (Estados Unidos)‘, afirmó Trump, quien reiteró su propuesta de imponer impuestos a las compañías que se trasladen desde EEUU a otros países y luego pretendan vender sus productos en suelo estadounidense. El magnate reiteró su rechazo al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), al que consideró ‘la peor cosa‘ para la industria manufacturera de EEUU.