La interrupción de los ensayos clínicos de la vacuna contra la COVID-19 que desarrolla la Universidad de Oxford no supone un revés y no es la primera vez que esto pasa, afirmó este miércoles el ministro británico de Sanidad, Matt Hancock.
La farmacéutica AstraZeneca, que desarrolla la vacuna junto con la universidad inglesa, dio a conocer anoche un comunicado para informar de la pausa en las pruebas clínicas después de que un voluntario en el Reino Unido sufriera una reacción adversa.
Esta posible vacuna, considerada una de las más avanzadas que se desarrollan en todo el mundo, estaba en las fases finales de los ensayos clínicos antes de recibir la autorización de los organismos reguladores para proceder a inmunizar a la población.
En unas declaraciones a la cadena SkyNews, Hancock admitió que esta interrupción es “obviamente un desafío para esta particular vacuna. En realidad no es la primera vez que esto le ha pasado a la vacuna de Oxford y es un proceso normal en los ensayos clínicos”.
El ministro consideró que la pausa en las pruebas “no es necesariamente” un revés, y “depende de lo que (los investigadores) encuentren cuando hagan la investigación”.
“Hubo una pausa antes en el verano (boreal) y eso se resolvió sin problemas”, añadió el titular de Sanidad.
La potencial vacuna, que dio resultados prometedores en los primeros ensayos, estaba siendo sometida a pruebas clínicas en el Reino Unido, Estados Unidos, Brasil y Sudáfrica.
El mes pasado, los Gobiernos de Argentina y México, así como la fundación mexicana Slim, llegaron a un acuerdo con AstraZeneca y la Universidad de Oxford para fabricar la vacuna para sus países y distribuirla después al resto de América Latina, excepto Brasil.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, informó en agosto de que el objetivo era elaborar entre 150 y 250 millones de dosis que estarían disponibles a precios accesibles, con un coste individual de entre 3 y 4 dólares.
“Enfermedad potencialmente inexplicable”
“Esta es una acción de rutina que tiene que suceder siempre que haya una enfermedad potencialmente inexplicable en uno de los ensayos mientras se investiga, asegurando que se mantenga la integridad de los ensayos”, dijo la empresa al anunciar la pausa en las pruebas.
Agregó que en los ensayos de gran envergadura, las enfermedades a veces ocurren por casualidad, pero deben revisarse de forma independiente.
AstraZeneca no reveló ninguna información sobre el posible efecto secundario. El portal noticioso de salud STAT fue el primero en reportar la pausa en las pruebas, y afirmó que el posible efecto secundario ocurrió en el Reino Unido. AstraZeneca tampoco ha facilitado información sobre el estado de salud del voluntario que ha enfermado, pero los medios destacaron este miércoles que se espera su recuperación. El diario estadounidense New York Times detalló que el voluntario contrajo mielitis transversa, un trastorno neurológico causado por la inflamación de la médula espinal.
Las pausas durante los ensayos clínicos no son infrecuentes, pero se cree que esta es la primera vez que ocurre en un ensayo de la vacuna para Covid-19.
AstraZeneca es una de las nueve empresas que se encuentran actualmente en ensayos de fase 3 para sus candidatas a vacunas.
En Estados Unidos, la compañía comenzó a inscribir a 30.000 voluntarios en decenas de sitios el 31 de agosto.
La vacuna, llamada AZD1222, utiliza una versión debilitada de un adenovirus causante del resfrío común que ha sido diseñado para codificar la proteína que usa el nuevo coronavirus para invadir las células.
Después de la vacunación, esta proteína se produce dentro del cuerpo humano, lo que prepara al sistema inmunológico para atacar al coronavirus si la persona se infecta posteriormente.