La crónica del primer round de las históricas elecciones generales de Brasil dirá que Jair Bolsonaro y la ultraderecha de Brasil venderán cara su derrota. Es que para sorpresa de propios y extraños, el actual presidente cosechó ayer más votos de lo que apuntaban todas las encuestas previas (un techo de 34%) y ponían a Luiz Inácio Lula Da Silva a un paso de alzarse con el triunfo en primera vuelta. Sin embargo, tras un dramático escrutinio -que arrancó con Bolsanaro a la cabeza y que a medida que transcurría el recuento Lula iba descontando hasta pasar al frente-, el expresidente de Brasil, líder de la izquierda y del Partido de los Trabajadores (PT) se impuso con el 47,9% contra 43,7% de Bolsonaro.
Con este escenario, Lula y Bolsonaro definirán al próximo presidente de Brasil en balotaje el 30 de octubre y con final abierto.
El expresidente Lula Da Silva quedó primero por una diferencia de más de 4 puntos, mientras que los últimos sondeos auguraban que tendría 14 puntos más que el actual mandatario lo que le permitía soñar al PT con un triunfo en primera vuelta.
Para ganar en primera vuelta, un candidato debía superar el 50% de los votos.
Lula logró mantener el caudal electoral que vaticinaban las encuestas (un piso del 48%) pero no logró sumar más votos entre los indecisos y se quedó con la victoria pero con un margen que abre muchos interrogantes de cara al balotaje.
La campaña del PT cree que hubo un "voto silencioso" a favor del presidente Bolsonaro que no detectaron las encuestas.
Frente a esta fuerte polaridad, la votación en segunda vuelta podría aumentar la feroz polarización y la violencia política latente en el mayor país de América Latina. Un voto estrecho también daría un gran impulso a Bolsonaro.
Por esta razón, y porque cada voto cuenta en la carrera a la presidencia, resulta esencial saber a quién podría ir los votos de Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), y de Simone Tebet, Movimiento Democrático Brasileño (MDB) que juntos sumaron ayer el 7% de los sufragios.
A los 76 años, Luiz Inácio Lula da Silva, el exmetalúrgico que le esquivó a la muerte por hambre en su infancia en el norte de Brasil, parece inoxidable.
El fundador del Partido de los Trabajadores (PT) lleva adelante una nueva resurrección política tras sus 580 días de cárcel por un delito que no cometió y, en caso de derrotar el próximo 30 de octubre a Jair Bolsonaro, podría convertirse en el único presidente democrático con tres mandatos, lo que podría encumbrarlo dentro de los grandes íconos de la historia de las luchas populares.
Lula con barba blanca y casado por tercera vez, participó ayer de su sexta elección, es el político con más protagonismo de la República Brasileña desde el fin de la dictadura militar (1964-1985). Para estos comicios logró además el renacimiento del partido que fundó en 1980, el PT, que selló una alianza inédita con diez fuerzas formando un frente antibolsonarista que polarizó como nunca elección.
"Yo podría estar disfrutando de mi tercer matrimonio, pero acepté ser el candidato para reconstruir el país", dijo Lula cuando se lanzó como candidato luego de casarse en marzo con Rosángela Silva, una socióloga militante del PT con quien comenzó un noviazgo cuando ella lo visitaba en su celda en la ciudad de Curitiba, en el estado de Paraná, en 2018.
El "renacido" Lula y la biografía cinematográfica de su vida, que está permanentemente en actualización, se presenta luego de haber sido condenado a nueve años de prisión por corrupción en la Operación Lava Jato por una denuncia del fiscal Deltan Dallagnol acogida y aceptada por el exjuez Sérgio Moro, que ayer fue electo senador.
Más de 156 millones de brasileños estaban habilitados para participar de los comicios, en los que se eligieron además los gobernadores de los 27 estados, 21 senadores, 513 diputados federales y más de 1.000 legisladores regionales. Y según los observadores internacionales, los comicios transcurrieron con "total normalidad".
Verde amarella
El presidente y excapitán del Ejército, Jair Bolsonaro votó en Río de Janeiro, a 470 Km de distancia de donde votó Lula. Sufragó en una escuela del barrio Villa Militar a la que llegó en una caravana de autos negros, vestido con la camiseta de la selección de fútbol de Brasil. Bolsonaro, en el poder desde 2019,