Un poderoso terremoto azotó ayer el oeste de México en el aniversario de otros dos devastadores sismos, dejando al menos una persona fallecida, fallas en el suministro eléctrico, edificios dañados y enviando, despavoridos, a los residentes de Ciudad de México a las calles en busca de resguardo.

El presidente, Andrés Manuel López Obrador dijo en un video compartido en su cuenta de Twitter que una persona había muerto en la ciudad portuaria Manzanillo, en el Pacífico, luego de que se derrumbara un muro en un centro comercial.

Minutos después de un simulacro nacional, a las 13,05 hora local el movimiento telúrico de 7,7 grados de intensidad se inició a unos 37 kilómetros al sureste del municipio Aquila, en el estado occidental Michoacán, con una profundidad de 15,1 kilómetros, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).

Debido a la intensidad del sacudón mexicano, edificios y casas se tambalearon en Ciudad de México y se emitió una alerta de tsunami para la costa pacífica mexicana.