La justicia de Yemen dictaminó que dos pedófilos, Wadah Refat y Mohamed Khaled fueron culpables del crimen a Mohamed Saad, un niño de 12 años, que secuestraron, violaron y asesinaron.
Por ese motivo, ante cientos de personas reunida en la ciudad portuaria de Aden, ejecutaron a tiros a los dos hombres. El hecho se realizó en una plaza pública de esa ciudad.
En mayo pasado, el niño Saad estaba jugando en la zona donde vivía uno de los asesinos, cuando fue interceptado por la pareja de pedófilos. El menor fue arrastrado a una casa, donde fue violado. En ese momento, comenzó a gritar pidiendo ayuda y uno de los mayores lo asesinó cortándole la garganta.
A su vez, también fue condenada una mujer, pariente de los asesinos, que ayudó a descuartizar el cadáver de la víctima. Pero su ejecución se pospuso porque está embarazada. Por lo que la ejecutarán cuando termine de amantantar a su hijo.
Los asesinos fueron llevados a punta de pistola a la plaza pública, y como última concesión un médico les dió un poco de agua antes de que se les ordenara que se colocaran boca abajo sobre una manta.
Dos hombres se colocaron sobre ellos, apuntaron sus AK-47 en sus espaldas y abrieron fuego ante una multitud que ovacionó la ejecución de los asesinos. Cada uno de los criminales recibió un tiro por la espalda que les atravesó el corazón.
Yemen, uno de los países con tasas de ejecución per cápita más altas del mundo, aplica la ley islámica de la sharia, que castiga varios crímenes con la pena de muerte. La ejecución por disparos es la más común, por encima de otras como la decapitación o lapidación.