Desde el lunes había preocupación por cientos de hogares en el área metropolitana de Los Ángeles y en zonas aledañas pero los bomberos sólo podían abrirse paso lentamente hacia algunas de las áreas más afectadas para examinar con precisión los daños.

 

Unos cinco incendios provocaron cierre de rutas, escuelas y museos, así como la suspensión de la producción de series de televisión, y arrojaron una neblina peligrosa sobre la región. Alrededor de 200.000 personas recibieron órdenes de evacuar. Hasta el momento no se reportaron muertes, sólo algunas personas resultaron lesionadas.

 

Desde la ciudad costera de Ventura, donde hileras de casas quedaron destruidas, hasta las laderas escarpadas del norte de Los Ángeles, donde más de dos docenas de caballos murieron en un establo, y hasta la zona exclusiva de Bel-Air, donde los ricos y famosos tienen vistas panorámicas de la ciudad de Los Ángeles, los feroces vientos de Santa Ana llegaron desde el desierto y avivaron las llamas y los temores.

 

Aviones cisterna que estuvieron en tierra la mayor parte del martes debido a los intensos vientos sí volaron el miércoles y arrojaron una sustancia especial para retardar el fuego.

 

Las llamas devoraron un cobertizo para almacenar vino en la finca Viñedos Moraga del magnate Rupert Murdoch, de 6,5 hectáreas y aparentemente dañaron unas 2,8 hectáreas de viñedos.

Se esperaba que alcanzaran velocidades de hasta 130 kilómetros por hora durante la noche hasta el jueves, lo que podría crear un peligro de fuego sin precedentes.