Estados Unidos.- James Meyers, un ciudadano de Carolina del Norte, Estados Unidos, no esperaba que la película “Freddy, el colgado”, que alquiló en 2002, lo llevara a la cárcel, pero así sucedió después de que la policía lo parara por una infracción de tránsito que acabó sacando a la luz su “historial delictivo”.
Todo empezó cuando la Policía detuvo a Meyers por llevar fundida una luz de freno posterior en su auto. Los agentes verificaron la documentación del coche y la identidad del joven descubriendo que sobre él había pendiente una orden de captura por no haber devuelto una película en formato VHS que alquiló en el 2002.
Los agentes lo llevaron a dependencias policiales y allí le explicaron que estaba detenido por no haber devuelto la película. De inmediato lo trasladaron a la cárcel del Condado de Cabarrus. Meyers no lo podía creer: “El trabajo de la Policía debería ser detener a traficantes de heroína y no a un padre que viajaba con su hija de tres años para llevarla a la guardería”.
Pagó la fianza y quedó en libertad, pero pese a sus quejas, sobre él recae el cargo de “no haber devuelto una propiedad contratada”. El próximo paso será presentarse ante la Corte de Justicia el próximo mes.
Meyers dice no saber dónde está la película “Freddy, el colgado”, e incluso ni siquiera recuerda haberla visto. El director del largometraje, Tom Green, se enteró del caso, y por la fama obtenida, se puso en contacto con Meyers para ofrecerle respaldo y asistencia legal.
