El papa Francisco creó ayer a 20 cardenales, para lo que eligió a hombres que en su mayoría están de acuerdo con su visión de una Iglesia más progresista e inclusiva y que influirán en la elección de su eventual sucesor.
Francisco presidió una ceremonia conocida como consistorio público, y pidió a los nuevos cardenales que muestren preocupación por la gente común a pesar de su alto rango.
Es la octava vez que Francisco ha puesto su sello en el futuro de la Iglesia con una nueva creación de cardenales, que servirán como sus principales asesores y administradores en el Vaticano y en todo el mundo.
Los menores de 80 años -16 entre los 20 recién llegados- pueden entrar en un cónclave para elegir a un nuevo papa de entre ellos, después de la muerte o renuncia de Francisco.
Los nuevos cardenales proceden de Gran Bretaña, Corea del Sur, España, Francia, Nigeria, Brasil, India, Estados Unidos, Timor Oriental, Italia, Ghana, Singapur, Paraguay y Colombia.
"Un cardenal ama a la Iglesia, siempre con ese mismo fuego espiritual, con los poderosos o con aquellas personas ordinarias que son grandes a los ojos de Dios", dijo Francisco.
Sentado ante el altar mayor de la Basílica de San Pedro, Francisco les pidió que se acordaran de "las familias pobres y de las personas sin hogar".
Leyó su homilía con voz fuerte, saliéndose a menudo del guión, incluso para bromear sobre un sacerdote de Roma que estaba tan cerca de sus feligreses que no sólo conocía todos sus nombres, sino también los de sus perros. Francisco ha elegido ya a 83 de los 132 cardenales electores. Con cada consistorio, Francisco ha continuado lo que un diplomático ha llamado una "inclinación hacia Asia", aumentando la probabilidad de que el próximo Papa pueda ser de la región.