El papa Francisco logró sortear ayer sin inconvenientes una intervención quirúrgica de tres horas, con anestesia general en un hospital de Roma para repararle una hernia causada probablemente por las cicatrices de una operación abdominal en la que le extirparon parte del colon en 2021. De todos modos, el pontífice estaría internado varios días hasta su completa recuperación, por lo que el Vaticano suspendió todas sus audiencias hasta el 18 de junio próximo.
"El Papa está lúcido, despierto y ya trabajando", fue la frase tranquilizadora del médico que lo operó y encargado de dar el primer parte médico del pontífice a la prensa. Francisco, de 86 años, había sido ingresado en el hospital para someterse a una cirugía programada después de su audiencia general en la Plaza de San Pedro, en la cual se mostró de buen humor, se detuvo a besar a bebés y se entretuvo charlando con recién casados.
La operación se realizó en el hospital católico Gemelli, situado a poca distancia del Vaticano y que cuenta con una suite en el décimo piso reservada a los pontífices. La intervención fue la tercera hospitalización de Jorge Mario Bergoglio desde que los cardenales eligieron al argentino como primer pontífice latinoamericano en 2013 y es el último de una serie de problemas de salud en los últimos años.
De acuerdo a lo explicado por el médico italiano de 57 años, con más de 9.000 operaciones en su carrera, "esta hernia incisional provocó al Santo Padre, durante algunos meses, un doloroso y progresivo síndrome suboclusivo intestinal".
El médico fue tajante al agregar que el Papa "no tiene otras enfermedades" más allá de la intervención de ayer miércoles.
"Durante la intervención quirúrgica se encontraron adherencias tenaces entre algunas asas intestinales medias tenales parcialmente englobadas y el peritoneo parietal que provocaban la sintomatología mencionada anteriormente", añadió Alfieri.
Según la explicación del médico, "por ello se procedió a la liberación de las adherencias" y luego "se reparó el defecto herniario mediante cirugía plástica de la pared abdominal con la ayuda de una malla protésica".
El equipo médico del Santo Padre había decidido en los últimos días que era necesaria una intervención quirúrgica porque la afección estaba causando dolorosas oclusiones intestinales. Se sabe que Francisco teme los efectos negativos de la anestesia general, que también son más frecuentes en las personas mayores.
El comunicado decía que el Papa sería sometido a una laparotomía, o cirugía abdominal abierta, y que se utilizaría una prótesis para reconstruir la pared abdominal.
En julio de 2021 se le extirpó parte del colon (le cortaron 33 centímetros de intestino) en una operación destinada a tratar una dolorosa enfermedad intestinal llamada diverticulitis. Más temprano en el año declaró que la dolencia había reaparecido y estaba afectando a su peso.
Francisco pasó unos 40 minutos en el mismo hospital romano el martes para lo que el Vaticano dijo que era un "chequeo", sin revelar entonces que era, de hecho, una visita previa a la operación. El Sumo Pontífice fue tratado durante cinco días en el mismo hospital a fines de marzo por una infección pulmonar.
El Papa utiliza a menudo una silla de ruedas o un bastón para caminar debido a un persistente dolor de rodilla. El año pasado no quiso operarse de la rodilla porque la anestesia general de la operación de colon le había provocado efectos secundarios desagradables y temía repetir esa experiencia.
> La agenda que le espera a Francisco
A pesar de sus problemas de salud, el papa Francisco mantiene una apretada agenda. El sábado pasado, el Vaticano anunció que del 31 de agosto al 4 de septiembre visitará Mongolia, uno de los lugares más remotos a los que ha viajado el pontífice y que tiene la comunidad católica más pequeña del mundo.
Antes, visitará Portugal del 2 al 6 de agosto para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa y visitar el Santuario de Fátima, Virgen a la que venera. El Vaticano hizo público el martes el programa oficial del viaje, dando a entender que estaba confirmado. Y ya confirmó su deseo de viajar a la Argentina, su país, en 2024, por primera vez desde su asunción.