El papa Francisco llegó hoy a Iqaluit, 300 kilómetros al sur del Círculo Polar Ártico, en la tercera y última etapa de su gira de seis días por Canadá en la que continuará con su pedido de perdón a los nativos por el mal causado por cristianos en los internados que funcionaron en el siglo XX.
El Papa aterrizó a las 15.40 locales (16.40 de Argentina) tras casi tres horas de vuelo desde Quebec.
En Iqaluit, ciudad del pueblo indígena Inuit, el pontífice se reunirá con ancianos y jóvenes nativos a los que les dará un discurso centrado en el renovado pedido de perdón por el rol de la Iglesia en las escuelas residenciales en las que unos 150.000 niños sufrieron una "nefasta destrucción cultural" separados de sus familias para occidentalizar sus costumbres, según describió el Papa esta semana.
Esta mañana, el pontífice recibió en el arzobispado de Quebec a un grupo de indígenas de todo el país a los que les reconoció que se "siente parte de su familia" tras las experiencias vividas durante la gira que inició el domingo en Edmonton.
Desde su primer discurso en suelo canadiense, Francisco ha insistido con la "vergüenza" y el "dolor" que le causa el "mal" generado por los cristianos.
Algunos de los 139 internados dispuestos en todo el país, ideados y financiados por el Estado canadiense, fueron gestionados por instituciones católicas y cristianas, por lo que los sobrevivientes reclamaron en 2015 la necesidad de una disculpa papal en Canadá que Francisco finalmente realizó esta semana.
Desde Iqaluit, el Papa despegará hacia Roma a las 18.45 locales para aterrizar en el aeropuerto Fiumicino de la capital italiana a las 7.50 del sábado (2.50 en Argentina).