El presidente Emmanuel Macron anunció que Francia administrará una tercera dosis de vacuna contra el coronavirus a las "personas mayores y vulnerables" a partir de septiembre, pese al pedido de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de reservar esas dosis para los países que tienen más dificultades para el acceso a los fármacos.
"Sí, probablemente se necesitará una tercera dosis, no para todos de inmediato, pero al menos para las personas mayores y más vulnerables", dijo Macron en un video publicado en las redes sociales.
Actualmente en Francia se recomienda una tercera dosis únicamente a las personas inmunodeprimidas, como por ejemplo aquellas que recibieron un trasplante.
Otros países europeos, como Alemania, ya anunciaron que administrarán una vacuna de refuerzo anticovid a las personas mayores y vulnerables a partir de septiembre, así como a quienes no hayan recibido el inmunizante con tecnología de ARN mensajero, considerada más eficaz.
El anuncio llega después un día después de que la OMS llamara a los países ricos a esperar "por lo menos hasta fines de septiembre" para aplicar terceras dosis.
"Necesitamos cambiar las cosas urgentemente: que la mayoría de vacunas dejen de ir a los países ricos para que vayan a los pobres", declaró en conferencia de prensa el director general del organismo sanitario, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Señaló que la suspensión de esta inoculación de refuerzo tendría que durar "al menos hasta finales de septiembre" para de este modo "permitir así la inmunización de al menos el 10% de la población de cada país" para fin de este año.
La desigualdad actual hace que en los países de ingresos bajos solamente se haya administrado 1,5 dosis cada 100 personas, mientras esa cifra sube a cerca de 100 dosis por cada 100 habitantes en los ricos.
Puesto de otra forma, mientras Europa tiene vacunada a más de la mitad de su población y Estados Unidos a cerca del 70%, solo el 2% de los habitantes de África tienen la pauta de vacunación completa y el 5% recibieron una dosis.
El anuncio de Macron llega cuando Francia enfrenta una cuarta ola de contagios, debido principalmente a la variante Delta.
Para incitar a la población a vacunarse, las autoridades impusieron desde el 21 de julio un certificado sanitario para poder ingresar a cualquier lugar de ocio o deportivo donde se concentren más de 50 personas.
Este certificado que acredita la vacunación completa o un resultado negativo en una prueba realizada en las 48 horas anteriores, entrará en vigor este mes en restaurantes y cafés.
Más de 6,2 millones de personas se contagiaron de coronavirus y más de 112.000 murieron en Francia desde el inicio de la pandemia.
Fuente: Télam