El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó ayer formalmente la imposición de aranceles a las importaciones de acero del 25% y del 10% para el caso del aluminio, de los que quedan exentos por el momento México y Canadá.
“No tomamos estas acciones por elección, sino por necesidad”, indicó Trump en la Casa Blanca. El mandatario subrayó que el acero y el aluminio “son vitales” para la “seguridad nacional” de Estados Unidos. Asimismo, señaló que debido a la “especial relación” con Canadá y México, socios comerciales con los que se está renegociando actualmente una nueva versión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), estos dos países no se verán afectados.
“Tengo la impresión de que vamos a alcanzar un acuerdo sobre el TLCAN (…) Si lo logramos, no habrá aranceles para Canadá y México”, precisó.
Por otro lado, Trump informó que “los aranceles no serán efectivos por al menos otros 15 días”. En el acto, el mandatario estuvo acompañado por el vicepresidente Mike Pence; el secretario de Comercio, Wilbur Ross, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, así como por un grupo de trabajadores y representantes del sector siderúrgico.
“Si Donald Trump pone en práctica las medidas, tenemos todo un arsenal para responder”, dijo el comisario europeo de Asuntos Financieros, Pierre Moscovici, antes del anuncio oficial en Washington. Las contramedidas incluirían aranceles en Europa a las naranjas, el tabaco y el bourbon de Estados Unidos.
Según publican medios digitales, el Gobierno de Mauricio Macri negocia con el de EEUU en secreto para evitar que Argentina sufra la guerra del acero y del aluminio.
