La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la organización de lucha contra el Sida (ONUSIDA) informaron ayer de un avance concreto con una vacuna contra el virus que causa la enfermedad del Sida. Se trata de un estudio realizado con 16.000 participantes, el cual probó que esta vacuna puede frenar el contagio del virus del Sida en un 31,2% de los casos en adultos, pero no actúa en organismos ya infectados. Así lo informaron en rueda de prensa ambas organizaciones de la ONU en Bangkok, donde se presentó el estudio científico.
La investigación, descripta como la mayor jamás realizada para una vacuna contra el Sida a nivel mundial fue financiada por el Ejército estadounidense y llevado a cabo por el Ministerio de Salud Pública tailandés. También participaron dos compañías que tienen la patente del producto (bautizado de momento como RV 144), Sanofi-Pasteur y Global Solutions dor Infectious Diseases.
La nueva inmunización es una combinación de la vacuna de la viruela aviar ALVAC de Sanofi-Pasteur y de la fallida AIDSVAX, producida por una empresa de San Francisco llamada VaxGen y que ahora es propiedad de la organización sin fin de lucro Soluciones Globales para Enfermedades Infecciosas.
Los voluntarios del ensayo (hombres y mujeres) recibieron seis inmunizaciones durante seis meses, cuatro de ALVAC y dos de AIDSVAX. La mitad de entre 18 y 30 años, fueron inoculados con la vacuna y la otra mitad con un placebo.
Los ensayos demostraron que 74 personas tratadas con placebo se contagiaron de sida, frente a 51 del grupo de las tratadas con la vacuna RV144, una diferencia pequeña, aunque muy significativa en cuanto a la estadística se refiere.
El placebo es una sustancia inocua que carece de valor terapéutico directo, pero se administra a los enfermos para medir su efecto sugestivo en comparación con la vacuna. "Este resultado representa un gran avance porque es la primera vez que hay pruebas de que una vacuna contra el virus del Sida tiene un efecto preventivo", explicaron los responsables de la presentación. Sin embargo, el coronel del ejército estadounidense Jerónimo Kim consideró que "es difícil pensar en que se comercialice una vacuna antisida si no demuestra antes una eficacia de al menos el 70% o el 80%, aunque admite que con el 30% de protección conseguido en este caso se puede empezar a investigar". El experto destacó que la vacuna podría no funcionar en las personas y lugares en los que el HIV es más común: en Africa, entre hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres y entre usuarios de drogas inyectables.
Los investigadores afirmaron que "la vacuna reduce el riesgo de infección de un tercio de los casos". Además coincidieron en que la aplicación sería limitada y la confección de una versión comercial estaría a años de distancia.
La OMS y la agencia ONUSIDA señalaron: "Los resultados del estudio, que representan un avance científico significativo, son la primera demostración de que una vacuna puede prevenir la infección con HIV en una población adulta general y son de gran importancia". Las dos agencias de la ONU calificaron, en un comunicado conjunto, la eficacia de la inmunización como "modestamente protectora". Esto significa que la vacuna ayuda a prevenir la infección, pero no hace nada para afectar al virus una vez que está en el cuerpo.
La vacuna se formuló especialmente para trabajar contra dos subtipos del virus de la inmunodeficiencia humana: el E, que circula en Tailandia y en el sureste asiático, y el B, común en EEUU y Europa.

