Benedicto XVI recibió ayer en el Vaticano al presidente de Bolivia, Evo Morales, quien le entregó una carta en la que le pide la abolición del celibato, el acceso de la mujer al sacerdocio y la "humanización y democratización de la estructura clerical".

La entrega de la carta fue anunciada por el propio Morales, tras el coloquio que mantuvieron a solas durante 25 minutos, ayudados por un intérprete, en la Biblioteca Privada del Pontífice.

En la misiva, Morales se presenta como "miembro de la Iglesia católica", "cristiano de base", según se definió ante la prensa, y tras reflexionar "sobre las lecciones de amor, justicia, igualdad y entrega al prójimo de Nuestro Señor Jesucristo", decide "proponer muy respetuosamente al Papa la necesidad de superar la crisis de la Iglesia, que como usted dijo, está herida y en pecado".

"Para ello es imprescindible democratizar y humanizar su estructura clerical. Democratizarla para que todas las hijas e hijos de Dios se le reconozcan los mismos derechos religiosos y que las mujeres puedan tener las mismas oportunidades que los hombres para ejercer plenamente el sacerdocio", escribe. Morales agrega en su misiva que la Iglesia "no tiene que negar una parte fundamental de nuestra naturaleza como seres humanos y debe abolir el celibato (sacerdotal)". Aboliéndolo, según el mandatario, "habrá menos hijas e hijos no reconocidos por sus padres y así podremos sincerarnos ante la realidad".

Morales advirtió contra el cambio climático y resaltó la labor de la Iglesia en la lucha contra ese cambio. Tras reunirse con el Papa, lo hizo con el secretario de estado Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, y el "ministro de exteriores", el arzobispo Dominique Mamberti.