La retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el clima podrá sumar, en el peor de los casos, 0,3 grados centígrados a las temperaturas globales hasta finales del siglo en comparación con los niveles preindustriales, señaló ayer un experto de la Organización Mundial de la Meteorología (OMM), de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
‘No hemos creado nuevos modelos, pero las indicaciones son que (el impacto en el calentamiento global) podría ser en el peor escenario del orden de 0,3 grados centígrados‘‘, señaló en rueda de prensa el director del Departamento de Investigación Atmosférica y Medioambiental de la OMM, Deon Terblanche.
‘Probablemente no sea lo que ocurra‘, señaló no obstante este experto en clima, al aclarar que la cifra era una estimación.
Terblanche explicó que incluso una reducción en las emisiones ‘no llevará a una disminución de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, porque esto tiene un efecto acumulativo y el dióxido de carbono (CO2) permanece en la atmósfera durante cientos de años‘.
‘El clima seguirá calentándose en cualquier caso, de manera que se trataría de 0,3 grados adicionales de calentamiento debido a la retirada de EEUU‘, indicó.
La renuncia de EEUU al principal instrumento mundial de lucha contra el cambio climático, que marca como objetivo evitar que el calentamiento global supere los 2 grados Celsius a finales de este siglo respecto a los niveles preindustriales, tomará al menos tres años y requerirá igualmente tiempo para entender y cuantificar el impacto exacto de esta acción, dijo.
En el acuerdo, adoptado en 2015 y que a día de hoy ya está en vigor, EEUU se comprometía a reducir para 2025 las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 26 y un 28% respecto a los niveles de 2005. Al anunciar la retirada del Acuerdo, el presidente norteamericano, Donald Trump, dijo el jueves pasado que quiere que EEUU siga siendo un ‘líder‘ global en la protección del medioambiente, pero de manera ‘justa‘, al denunciar que los compromisos de París no han sido estrictos para países como China o India, tan contaminantes como el suyo. Agencias