México tiene una enorme tradición de protestas estudiantiles. Y también una larga genealogía de represión contra los manifestantes, pasando por la Masacre de Tatlelolco, la desaparición de los normalistas en Ayotzinapa y lo que ocurrió hace solo un par de horas: la arremetida de un camión policial sobre los cuerpos de varios alumnos que protestaban por más recursos para educación.

Ocurrió en la puerta de la Escuela Normal Rural Vasco de Quiroga, que queda en la localidad de Tiripetío (Michoacán). Según trascendió, los jóvenes estaban reteniendo algunos coches desde la noche de ayer. En la mañana del viernes, llegaron al lugar unos 300 policías que establecieron un cerco, más otros que se ubicaron en las inmediaciones. 

En medio de la tensión, un testigo grabó cómo el camión de la Policía aceleraba hacia la multitud, llevándose puestas a algunas personas. En tanto, el secretario de Gobierno de Michoacán, Carlos Herrera, criticó “la agresión de la que fueron blanco elementos de la Policía a manos de jóvenes que utilizaron cohetones contra el personal”.

El pedido de los "normalistas" era que se liberara a 20 de sus compañeros que habían sido detenidos tras capturar un colectivo de pasajeros. 


Forcejeo

Con el paso de las horas, se conoció la explicación del agente que conducía el móvil. Dijo que la maniobra fue resultado de un "forcejeo" que se produjo cuando dos estudiantes se metieron en el camión y se lo quisieron arrebatar. 

En Tiripetío, empero, la situación dista de estar tranquila. Al cierre de esta nota los informes reportaban que sigue habiendo uniformados y también manifestantes en las calles.