Toda España disfrutó el primer domingo con total libertad para desplazarse después de más de tres meses de limitaciones, un alivio cuando empieza el verano, que también podrán disfrutar los visitantes del espacio europeo, excepto Portugal, sin tener que hacer cuarentena. Terminaron 98 días de restricciones a la movilidad y de confinamiento en los días más duros de la pandemia, que supusieron la paralización abrupta de la economía y las costumbres diarias de millones de personas en España, donde han muerto más de 28.300 personas por coronavirus.
Ahora se retoma la movilidad dentro de España, lo que facilita el reencuentro de familiares de distintas provincias o la posibilidad de viajar a segundas residencias en las zonas costeras o de montaña, pero también el comienzo de la llegada de visitantes internacionales, ya que desde ayer están abiertos los aeropuertos para los vuelos procedentes de Europa.
Los grandes aeropuertos de España como los de Madrid y Barcelona volvieron a funcionar ayer, aunque no a pleno rendimiento, después de más de tres meses con una actividad prácticamente nula.
Se esperan cien vuelos internacionales procedentes de la zona europea Schengen, excepto Portugal, que abrirá sus fronteras con España el 1 de julio, además de 225 vuelos domésticos. Los dos primeros vuelos que llegaron ayer al aeropuerto de Madrid, una de las puertas de acceso a España desde el exterior, procedían de París y de Milán (Italia).
España, un gran receptor de turismo internacional, recibió el año pasado 83,7 millones de visitantes, la mayoría de ellos procedentes de Reino Unido (18,1 millones), Alemania (11,2 millones) y Francia (11,1).
Muchos de ellos no van a hoteles, sino que tienen una segunda residencia en España, como es el caso de más de 400.000 británicos con casas en las zonas costeras y que, como el resto de europeos que lleguen, no tendrán que pasar una cuarentena.
La imagen más clara de esta nueva normalidad es la de las playas llenas de bañistas y las carreteras con un tráfico fluido y continuo, como muestra de esa libertad de movimientos recuperada después de que el Gobierno decretara el estado de alarma y por tanto la reducción de la movilidad, el pasado 14 de marzo, en plena pandemia de coronavirus. Aunque desde ayer se ha puesto fin a las limitaciones de la movilidad, las autoridades insisten en mantener la precaución y en pedir cumplir las normas de higiene y el distanciamiento personal para evitar los temidos rebrotes de una pandemia que ha dejado 28.322 fallecimientos.