El presidente francés, Nicolas Sarkozy, hizo instalar una ducha valorada en 250.000 euros durante la Presidencia gala de la Unión Europea (UE) en 2008, aunque posteriormente no la utilizó, revelaron ayer medios locales. Se trata del gasto más llamativo de los aproximadamente 175 millones que supuso para Francia el semestre al frente de la UE, un costo elevado que provocó un encendido cruce de declaraciones entre los diferentes partidos. El diputado socialista René Dosière fue el primero en expresar su "escándalo" por los "gastos increíbles, insoportables e inaceptables". Fue uno de los que recibió el informe del Tribunal de Cuentas y denunció la costosa adquisición. La ducha fue instalada en el Gran Palais parisiense con motivo de la cumbre fundadora de la Unión por el Mediterráneo de julio de 2008.